Los vecinos del asentamiento de drogadictos en La Mina, al borde del colapso
Los toxicómanos hacen un calvario del día a día de los residentes: pinchazos, excrementos y ratas
7 mayo, 2022 00:00Noticias relacionadas
El vecindario de La Mina, en Sant Adrià de Besòs, está al borde del colapso. Los residentes de las calles Neus Català, la Rambla de La Mina y Mercè Rodoreda no descansan. El asentamiento de toxicómanos instalado de manera improvisada en un patio interior entre los edificios continúa dando guerra. "No hay voluntad política para solucionarlo", apuntan los vecinos a Metrópoli.
Este medio ya informó de la problemática con el grupo de drogadictos hace unas semanas. "Si estuviesen plantados debajo de los balcones de los políticos de Sant Adrià, los sacarían", expresan indignados los residentes de La Mina, que insisten en mantener el anonimato.
POCA HIGIENE
El mayor temor de estos vecinos era que, con la llegada del buen tiempo, los conflictos se intensificasen. "El olor será insoportable y las ratas también", explicaban en una ocasión anterior. Ahora, se reafirman: "Si quieren dejarlos aquí encasillados, que les pongan una ducha o un lavabo portátil. Al menos así, cuando defequen u orinen, habrá algo más de higiene", ironizan.
Desde la comunidad de vecinos, dicen que el motivo que las administraciones alegan para no trasladar a los toxicómanos es que están en un sitio público: "Pero, en realidad no lo es. Es el patio, pero han quitado las verjas y se han metido".
EXCREMENTOS Y PINCHAZOS
Hace meses que tienen que convivir con fuertes olores e imágenes grotescas a diario. El grupo de personas, "unas 5 o 6", se fue formando poco a poco y terminó acampando.
"Se pinchan y hacen sus necesidades, dejan los excrementos ahí. Las paredes huelen y salen muchas ratas", denuncia un vecino, que asegura que la situación empeorará en verano "si nadie hace nada".
DESCAMPADOS LLENOS DE JERINGUILLAS
El vecindario también denuncia que el solar de en frente, donde se construirán pisos, sea de uso y disfrute para los drogodependientes. "Está lleno de jeringuillas usadas. No está vallado", señalan los residentes.
El grupo de vecinos asegura que pusieron el tema en conocimiento de la alcaldesa, Filo Cañete. "Vivimos con miedo", explican a este medio, ya que han recibido amenazas por parte de las personas drogadictas.
Por su parte, el regidor de seguridad, Andrés Pozo, no ha respondido a los requerimientos de este medio.