Artigues-Sant Adrià. La parada de la L2, en Badalona, es el destino final de multitud de carteristas del metro de Barcelona. Muchos viven en el barrio fronterizo con Sant Adrià de Besòs. Otros se dispersan por Sant Roc o La Salut. Incluso los hay que están desperdigados por Coll i Pujol o Sant Crist.
Eliana, la cazacarteristas más famosa del metro, explica a Metrópoli las costumbres de los ladrones en esta zona de Badalona, cuando no están "trabajando": "Sales del metro y solo hace falta seguir un poco recto. Muchos están en un bar de la misma acera tomándose algo".
TAMBIÉN SE VENDEN
Fuentes policiales han confirmado a este medio que la mayoría de carteristas tienen su lugar de residencia en Badalona. Las calles Nápoles, Floridablanca y Juan Valera, en el barrio de La Salut, son las ubicaciones más repetidas. La calle Madrid, al límite con Santa Coloma de Gramenet, también resuena. O la calle Cuba, en Sant Crist, y sus alrededores.
Además de ser el hogar de los carteristas, Badalona también es el municipio donde se comercializan de manera ilegal muchos de los productos sustraídos a turistas, en su gran mayoría, en el metro. Móviles, carteras o bolsos que se guardan en pisos a la espera de compradores.
POR LIBRE O GRUPOS FAMILIARES
Eliana, que lidera la Patrulla Ciudadana BCN, detalla la manera de actuar de los ladrones: "Los hay que no tienen jefe y van por libre. Algunas chicas van en pareja. También hay grupos familiares enteros, con el padre, la madre y el hijo".
Algunos compañeros de patrulla, ciudadanos y vecinos, han reconocido en diversas ocasiones a algunos de los carteristas por la zona. "Un compañero nos informó de que uno de los ladrones más conocidos, que va siempre trajeado, se baja en Artigues. Hubo una vez que vio a otro entrar al metro a las 21:30 horas. Así que comienza su actividad de noche", explica Eliana. De esta manera, el grupo tiene controlado el modus operandi de muchos de ellos desde hace años.
17.000 HURTOS
Los Mossos d'Esquadra aseguran que durante el primer trimestre de 2022 se han denunciado 17.000 hurtos en toda la ciudad, una cifra que confirma que estos delitos se han disparado respecto a los años de la pandemia. Esta cifra, sin embargo, supone de la mitad de los robos cometidos durante el mismo período de 2019 cuando se produjeron 31.938 hurtos. Es un escenario que aun está "lejos" de la situación previa a la pandemia, aunque la policía catalana reconoce que los niveles de delincuencia en este ámbito regresan poco a poco a la "normalidad".
El fin de las restricciones y la llegada de turistas propicia el caldo de cultivo para carteristas que aprovechan las concentraciones de gente –ya sea en el metro o en cualquier evento– para robar móviles, carteras y todo tipo de objeto de valor al descuido.