Cubelles está fuera de control. Los okupas violentos, el cultivo de marihuana y las agresiones se han convertido en el pan de cada día en este municipio. Fuentes policiales consultadas por Metrópoli corroboran que "la inseguridad se ha disparado de manera brutal" y que esta localidad "no es un lugar seguro".

El principal problema con el que se encuentran es la okupación. "Hay muchísimas casas okupadas, más de las que oficialmente se dicen", explica un agente, que ha preferido preservar su anonimato por miedo a las represalias. Este policía asegura que las agresiones y el cultivo de marihuana son dos fenómenos que también han crecido y que van estrechamente relacionados con los okupas.

PLANTACIONES DE MARIHUANA

De hecho, a principios de noviembre, la Policía Nacional hizo un operativo en Cubelles y en el Vendrell que se saldó con tres detenidos y más de 1.800 plantas incautadas. Estas plantaciones solo son dos de las múltiples que hay en este municipio del Garraf. Los policías, en muchas ocasiones, saben perfectamente en qué casas hay marihuana, pero no siempre pueden actuar. 

Plantación de marihuana en Cubelles / POLICÍA NACIONAL

IMPUNIDAD TOTAL

"Faltan muchos efectivos. Para entrar en los domicilios sospechosos hay que hacer un seguimiento, abrir una investigación --de la que se encargan los Mossos d'Esquadra, que también necesitan más agentes-- y tener una orden judicial. Eso da una sensación de inseguridad y de impunidad total, porque, como policías, sabemos donde están estas casas, pero en muchas ocasiones no podemos hacer nada", lamenta el agente.

OKUPACIÓN DE CUBELLES

La creciente okupación de Cubelles crea mala convivencia vecinal y es una fuente de agresiones, asegura el policía, que ha aprovechado la ocasión para explicar que la mayoría de okupas de su municipio no son familias vulnerables, sino "sinvergüenzas que no quieren trabajar y que generan conflictos". De hecho, en los últimos días, se ha viralizado el caso de un okupa que ha pegado una brutal paliza a un vecino que le estaba recriminando que su perro, de raza peligrosa, no llevaba ni correa ni bozal.

NO SON CASOS AISLADOS

"El 9 de noviembre un okupa estaba persiguiendo a otro con un cuchillo", dice el policía, que explica que no son casos aislados, sino que es el día a día en Cubelles. "Es todo un negocio: una persona se encarga de buscar casas, reventar las cerraduras y vender las llaves a los okupas. Cuando el banco reclama la casa, la primera opción que les dan es dinero, lo aceptan, se van y hacen exactamente lo mismo en otro domicilio. Esto, sumado al cultivo de marihuana, hace que generen unos ingresos brutales de manera completamente ilícita", explica el agente.

El agente asegura que este no es un problema solo de Cubelles, sino que afecta a toda Catalunya y que se ha disparado. No obstante, en Cubelles la situación es especialmente delicada, ya que hay muy pocos agentes y eso, imposibilita proteger a los ciudadanos. "Hay 30 agentes repartidos en tres turnos, pero de presencia real en la calle, hay unos tres o cuatro y la mitad son interinos (sin medios ni formación necesaria)", dice el agente.

EL PERFIL DEL OKUPA

Tal como corroboran fuentes policiales consultadas por Metrópoli, la delincuencia sube como la espuma en este municipio y el perfil de okupa violento siempre suele ser el mismo: jóvenes de entre 16 y 20 años con un perfil reincidente que tienen sensación de impunidad. Tal como explican varios vecinos en distintos medios de comunicación, la situación es insostenible: tienen miedo y no pueden descansar por los constantes gritos y peleas entre ellos.

"CUBELLES ES LA CIUDAD SIN LEY"

"De madrugada, un grupo de unos 30 jóvenes, pasados de drogas y alcohol, arrasaron Cubelles. Destrozaron material urbano en la plaza del mercado, destrozaron las icónicas mesas del bar Grecos y del Foix, y se enfrentaron a la Policía Local y Mossos a pedradas y botellazos. Cubelles es la ciudad sin ley", lamenta uno de los vecinos en un grupo de Facebook del municipio.

ARMAS BLANCAS

En ocasiones, llevan armas blancas como cuchillos, navajas y puños americanos. No tienen ningún problema en ser incívicos y en generar miedo porque saben que, al pasar a disposición judicial, muy probablemente queden en libertad y eso genera aún más sensación de inseguridad entre los vecinos. "Lay ley es demasiado permisiva y no podemos garantizar el servicio que el ciudadano necesita", concluye el policía. 

Metrópoli ha intentado ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Cubelles para conocer el punto de vista del gobierno municipal en varias ocasiones, pero no ha obtenido respuesta

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