Valentín Moreno, la historia de uno de los 'narco asesinos' más temidos de Barcelona
Este viernes los Mossos d'Esquadra detuvieron a un presunto implicado en la ejecución del vecino de Sant Adrià
25 marzo, 2023 20:00Noticias relacionadas
Lo temían policías y también sus rivales. Valentín Moreno, que vivía en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) con su familia, no disimulaba sus lujos: hacía ostentación de ellos cada vez que podía. Desde ir a buscar a sus hijas al colegio en un coche de alta gama hasta vestir ropa de marca en el gimnasio del mismo municipio donde entrenaba. Cuidaba su físico por encima de todo y lo aprovechaba para enfrentarse a quien fuera, incluso a agentes de la autoridad.
Metrópoli lo avanzó hace meses: los últimos movimientos de Moreno lo situaron en el Port de Barcelona. ¿Sus negocios? El tráfico de cocaína. Un cargamento perdido precipitó su ejecución, perpetrada presuntamente por el grupo con el que mantenía abiertas las negociaciones de la droga. Un disparo en la calle Tarragona a plena luz del día que acabó con su vida. Ahora, los Mossos d'Esquadra han detenido a un supuesto implicado en su asesinato y mantienen la investigación abierta para esclarecer el oscuro relato que envuelve la figura del "asesino de la Vila Olímpica".
PACTO DEL GRUPO
Fue en el año 2000 cuando Valentín se dio a conocer por matar, con unos amigos, a golpes a Carlos Javier Robledo. No hubo ningún móvil para el asesinato de Robledo. Moreno simplemente "celebraba su cumpleaños", recuerdan fuentes policiales. Al ser menor de edad en el momento de la mortal paliza, el criminal solo pasó ocho años internado en un centro y tres bajo libertad vigilada.
"Estuvo como un rey", explican otras fuentes, también policiales, que aseguran que esta etapa fue como estar de "vacaciones" para alguien como él. ¿Por qué? Aunque este extremo no está confirmado, el grupo habría pactado que Moreno "pagase el pato" porque sabían que la condena no sería muy grave. Mientras tanto, él recibiría cada mes una cantidad de dinero acordada "por las molestias".
EXTREMADAMENTE VIOLENTO
Una vez libre, la leyenda en torno a su figura se empezó a construir. Moreno, federado en lucha grecorromana, era "extremadamente violento": "Si lo parábamos en algún control y llevaba algo que no tenía que llevar, no dudaba en embestirte con el coche. No tenía nada que perder", apuntan algunos agentes que se cruzaron en el camino del asesino en algún momento.
Con todo, había personas que lo admiraban, especialmente quienes lo conocían de toda la vida del barrio de La Mina. El hombre también intercedía en situaciones entre la policía y sus "amigos" o ciudadanos corrientes, labrándose una imagen de "héroe".
ESPECIALIZADO EN "VUELCOS"
El estilo de vida de Moreno, sin embargo, acabó pasándole factura e hizo que se ganase multitud de enemigos. Valentín estuvo detrás de numerosos "palos", una palabra del argot que significa "robos" o "atracos": "Palos muy violentos", asegura la policía. Y no a gente común. "Robaba a clanes muy poderosos en Barcelona". También se le identificaba por protagonizar "vuelcos", esto es, robos a narcotraficantes durante el transporte de la droga.
Sus fechorías eran tan conocidas que, días antes de su muerte, en algunas comisarías catalanas se comentó que "cualquier día", alguien lo "pelaría". La crónica de una muerte anunciada.
POSIBLE RELACIÓN CON UN CÁRTEL COLOMBIANO
La investigación, según han confirmado los Mossos d'Esquadra a Metrópoli, continúa abierta. El detenido por la policía catalana podría formar parte del grupo que planeó la muerte del vecino de Sant Adrià. Fuentes cercanas al caso ya apuntaron a este digital hace meses que Valentín se habría dedicado durante los últimos años a traficar con cocaína en el Port de Barcelona. En estas transacciones, habría colaborado con un cártel colombiano. Algo sucedió en uno de los "pases" que hizo que uno de los cargamentos se perdiese y los colombianos pasaron a deberle una gran cantidad de dinero a Moreno.
Según las mismas fuentes, Valentín les habría amenazado de muerte si no le pagaban el dinero que le debían. Los investigadores apuntan que, presuntamente, un sicario del cártel se dirigió al domicilio de Moreno, en Sant Adrià, y le hirió de extrema gravedad de un disparo en la nuca en plena calle. Horas después, el herido moría en el hospital Can Ruti de Badalona, el 19 de noviembre.