La llegada del calor y la falta de lluvia son el cóctel perfecto para que ocurran desgracias en verano, más cuando se mezcla con una imprudencia y un espacio verde. Son ya muchos los veranos en los que los incendios se han propagado por la sierra de Collserola, por lo que este año la ciudad está en alerta máxima.
El verano anterior ya se extremaron las precauciones. La pandemia y las restricciones a la movilidad hizo que los barceloneses y los habitantes de ciudades aledañas al pulmón verde redescubrieran esa zona, por lo que durante los últimos años ha aumentado mucho la afluencia de gente. A mayor gente, mayor el potencial peligro de que se desataran incendios. Por eso, durante las olas de calor de la pasada temporada estival, ya se cerraron los accesos, se prohibió la circulación y se puso vigilancia policial.
SITUACIÓN DE RIESGO
Este año, todavía sin olas de calor a la vista, Barcelona y los municipios del Área Metropolitana limítrofes a la sierra catalana extreman las precauciones para encarar con tiempo la temporada de mayor riesgo de incendios. Tanto el AMB como el Consorci del Parc Natural de la Serra de Collserola han instado a la ciudadanía a extremar la prudencia, pues las "insuficientes" lluvias de este mes de mayo -y de toda la primavera-, junto a la situación de sequía puede complicar el trabajar contra los incendios.
A la facilidad de originar fuegos y que estos se propaguen por la sequedad ambiental se le suma una falta de agua en toda Catalunya para que los bomberos puedan combatirla. Por el momento, ya está activado el dispositivo de vigilancia activa para prevenir los incendios y se cuenta con protocolos actualizados para este año.
Se trata de un dispositivo integrado por 13 torres de vigilancia, un equipo de apoyo móvil, el operativo de guardias del parque de Collserola y una central de mando y comunicaciones. Este operativo funciona todos los días de la semana desde finales de mayo hasta principios de septiembre.