El último corredor natural del Baix Llobregat está en peligro. La causa, el Pla de Ponent, el proyecto urbanístico de construcción de vivienda más importante del área metropolitana de Barcelona (AMB). Para detenerlo, los municipios de Gavà y Castelldefels han convocado una manifestación para el próximo sábado 13 de enero, en la plaza Jaume Balmes, delante del Ayuntamiento gavanense.
“La lista de impactos negativos que el proyecto tendrá en este espacio natural es enorme: cambio climático, pérdida de zonas forestales, afectación de las especies de flora y fauna, deterioro de los cultivos…”, exponía Jaume Grau a Metrópoli hace unos meses, portavoz de la plataforma Aturem el Pla de Ponent.
DETENER EL PROYECTO
Durante la manifestación, convocada a las 10:00 horas de la mañana, se visitarán los futuros espacios del proyecto Pla de Ponent, como la Masia de Ca n’Horta del siglo XVII, la piscina olímpica “que el Ayuntamiento quiere construir en plena sequía”, y la ‘estación de tren fantasma’ propuesta por la exministra de Transportes, Raquel Sánchez. A través de la movilización del sábado, la plataforma ecologista Aturem el Pla de Ponent busca preservar el entorno natural y denunciar los proyectos mencionados anteriormente.
PLA DE PONENT
El Pla de Ponent es una de las futuras urbanizaciones de viviendas más grandes de Catalunya, con un plan de construcción de 4.896 pisos y cinco kilómetros de carreteras. Unas cifras que supondrían un crecimiento de la población actual de 12.500 habitantes y, por lo que al vehículo privado corresponde, en 7.500 coches más.
Este ambicioso proyecto supondrá la desaparición del último corredor natural del Baix Llobregat, situado entre las localidades de Gavà y Castelldefels. El gobierno municipal defiende su necesidad para garantizar el acceso a la vivienda, mientras que asociaciones en contra del proyecto lo tildan de “desproporcionado”.
Desde la plataforma exigen al Ayuntamiento gavanense que busque otros espacios alternativos donde garantizar el crecimiento del municipio y un acceso a la vivienda sin poner en peligro los espacios naturales actuales. Una petición a la que también se suman vecinos y ecologistas, quienes no ocultan su rechazo desde el inicio del proyecto.