Operación mercadillo en Santa Coloma: a la caza de carteristas y manteros en Fondo
Metrópoli acompaña a la Policía Local del municipio en el operativo de los sábados para mantener a raya la delincuencia en el barrio más poblado de la ciudad
8 marzo, 2024 23:30Mareas de gente se dirigen a las escaleras mecánicas para salir del metro. La parada es una de las más transitadas un sábado por la mañana, especialmente poque confluyen dos líneas complicadas del suburbano: la L1 y la L9. Se trata de Fondo, el barrio con una mayor densidad de población de Santa Coloma de Gramenet.
Los sábados son especiales y requieren la atención especial de la Policía Local del municipio. También de los Mossos d'Esquadra: durante todo el día, centenares de puestos inundan la zona para armar el mercadillo. Todo tipo de prendas de ropa, zapatillas, utensilios de cocina o productos para el hogar se ponen a la venta en las paradas callejeras. Un caramelo para carteristas y otros delincuentes, que suelen aprovechar las masificaciones por los improvisados pasillos para arrebatar carteras o móviles. Un ambiente que también aprovechan los manteros, aunque son pocos los que se atreven a extender la manta en suelo colomense.
Sustancias o armas blancas
El dispositivo, que es más preventivo, comienza a las 10:30 horas en el interior de la parada de metro de Fondo. Agentes de paisano y uniformados de la Policía Local, junto a una pareja de mossos, refuerzan el trabajo del personal de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y de la vigilancia privada que consiste, por una parte, en cazar a los infractores que llegan a Santa Coloma sin haber validado el billete y, por la otra, requisar cualquier sustancia o arma blanca que algún despistado pasajero lleve encima.
"Te saco un puñal". El primer alterado del día aparece en una de esas avalanchas de usuarios. No se toma muy bien que le pidan el billete de metro, así que decide amenazar a los trabajadores. Las advertencias bajan de tono cuando se encuentra con la policía al otro lado de las barreras, que lo aparta en una esquina y lo registra. "Bueno, si no es un puñal por lo menos te doy un puñetazo". Visiblemente alterado, el hombre termina obedeciendo las indicaciones de los agentes, que también se encuentran con un joven escapista que salta por encima de las puertas para salir sin validar su billete.
Sin billete
Muchos intentan evitar el control policial, pero no lo disimulan lo suficiente. Un hombre accede al vestíbulo desde el exterior, con paso firme hacia las puertas de entrada al andén, pero en cuanto ve el despliegue se da la vuelta y se dirige a las máquinas de venta. La policía se percata de la maniobra.
Así transcurre la primera parte del operativo en el que se contabilizan hasta 60 personas que se han colado en el suburbano en tan solo una hora. El concejal de Seguridad Ciudadana del gobierno municipal, Salva Tovar, no se pierde la cita y explica a Metrópoli algunos detalles: "Llevamos desde diciembre realizando este operativo que es más bien preventivo y los resultados se notan". Antes, dice Tovar, también tenían que hacer frente en este punto a decenas de manteros que se refugiaban en la estación y entorpecían muchas veces el paso del resto de usuarios porque se amontonaban en el vestíbulo. "Hará unas tres semanas que ya no vienen", celebra el concejal, aunque en el exterior todavía se puede ver la actividad. Aunque su presencia es residual, hace unos meses los "top manta" suponían un dolor de cabeza para paradistas y consistorio. "La presión que Albiol hace en Badalona y Collboni en Barcelona los expulsa aquí", explica el concejal.
Manteros en la vía pública
Una vez terminada la prevención en el metro, los agentes de la Policía Local abandonan la estación y se echan a la calle. Se pierden entre los diferentes puestos callejeros y el vocerío de paradistas anunciando sus productos "por un euro", pero no de una manera aleatoria. Buscan cercar a cuatro manteros que tienen expuestos sus artículos unos metros más allá, en la rambla del Fondo.
Los hombres venden zapatillas de deporte y otros artículos de ropa, pero en cuanto ven a los agentes uniformados lo atan todo y echan a correr. Comienza así una breve persecución por la vía pública que termina con la incautación de parte de la mercancía ilegal.
Bastante "controlado"
El patrullaje a pie continúa por la calle Beethoven y se bifurca en Mossèn Jacint Verdaguer. Algunos de los manteros que, en la huida, han logrado preservar la mercancía vuelven a instalarse en el paseo. Están atentos y sospechan que la persecución no ha terminado. Están en lo cierto: los agentes de la Policía Local se separan e intentan rodearlos, pero los ilegales vendedores se percatan y se echan, de nuevo, a la carrera.
A los visitantes del mercadillo más grande de Santa Coloma no les sorprende este tipo de intervenciones. Los paradistas, de hecho lo agradecen. Ellos se organizan y pagan su impuesto mensual para montar el puesto, por lo que son los principales afectados de esta desleal competencia. Sin embargo, desde hace semanas están más tranquilos, aunque sigue habiendo un tema que les preocupa: los hurtos.
Hurtos de relojes y móviles
Santa Coloma siempre ha hecho gala de su policía de proximidad y en estas ocasiones se nota. Todos los vendedores conocen y charlan amigablemente con los agentes, que se paran a hablar con ellos y escuchan sus demandas. Hay una que se extiende entre todo el colectivo: hay varios delincuentes por la zona que aprovechan la aglomeración del mercadillo para robar a los visitantes.
Este medio lo presencia en directo. Una joven pareja ha sido víctima de un carterista que les ha arrebatado el móvil. Minutos antes, uno de los agentes de mossos que participan en el operativo ha tenido que perseguir corriendo a uno de esos carteristas, probablemente el mismo autor. Solo ha podido quedarse con una gorra que se le ha caído durante la huida y con cuatro detalles de su apariencia física. Lo buscarán, aunque lamentan que quizá ya esté lejos.
El mercadillo más grande de Santa Coloma
Los paradistas hacen una buena valoración del mercadillo: cuenta con decenas de puestos y aglomera a miles de personas cada fin de semana, "aunque hoy está flojillo", admiten. Echan en falta, quizás, más variedad de comida, pero para paliar eso ya se encuentra el Mercado de Fondo. Animado y transitado, el mercado cuenta con un bar que supone un punto de reunión para la gente del barrio.
Este gran rebaño de gente provoca situaciones desesperantes como la de este sábado: un niño que se pierde entre el gentío. Fueron los agentes de paisano de la Policía Local los que lo localizaron, asustado. Por suerte, en pocos minutos pudieron localizar a su madre, que lo esperó junto a la plaza del Reloj hasta que el policía se lo entregó, habiéndolo llevado antes sobre los hombros para divertirlo, sano y salvo.