Paseo de la rambla de La Mina

Paseo de la rambla de La Mina ARCHIVO

Gran Barcelona

"Calma tensa" tras el tiroteo de La Mina en un barrio "acostumbrado" a las armas

Los mossos dicen haber reforzado la presencia policial en los puntos donde se sitúan las familias implicadas en la trifulca, aunque el resto de vecinos no se sorprende de este tipo de incidentes y tampoco de la libre distribución de armas de fuego en la zona de Sant Adrià

4 abril, 2024 23:30

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Después de un duro enfrentamiento, viene la calma. O las represalias. El ambiente que se respira en el barrio de La Mina es "tenso". Lo cuentan a Metrópoli los mismos residentes. Pero también, aunque parezca contradictorio, es el modus vivendi: el tiroteo de este lunes y la facilidad con la que los atacantes esgrimen las pistolas no sorprende al vecindario.

Por desgracia, están "habituados". Las armas de fuego son la tónica habitual de esta zona de Sant Adrià de Besòs donde en menos de un mes se han producido dos incidentes con cacharras que han dejado dos heridos, además de un muerto por apuñalamiento y una confrontación multitudinaria a pie de calle con la policía.

Edificio de viviendas en el barrio de La Mina

Edificio de viviendas en el barrio de La Mina PABLO MIRANZO

"Hay una calma tensa"

Se dice que una de las partes implicadas en el viral tiroteo del pasado lunes "le faltó al respeto" de alguna manera a la otra. Es difícil conocer al detalle las circunstancias de un episodio de esta magnitud porque nadie en el barrio quiere ser considerado un chivato. Sin embargo, en todas las casas hay informantes: se trataría de una disputa entre los Lisardos y los Portugueses

"Ahora hay una calma tensa porque puede ser que a alguno se le vaya la olla y busque venganza, pero no suele ser así", explica Francisco, un pseudónimo para este vecino que nació y se crió en La Mina. "Los tíos, los ancianos, negocian ahora con ambas familias. Seguramente unos se irán, otros se quedarán. Lo de siempre". Una costumbre, la de solucionar los problemas recurriendo al Consejo de Ancianos gitano, que todavía funciona. Aunque no como antes: "Se ha perdido mucho el respeto a los mayores. Antes, si decían que algo era blanco, era blanco. Lo que decían iba a misa, pero ahora los más jóvenes rechistan", detalla Francisco.

Ráfagas dos días antes

El hombre lo explica algo cansado. "Es que es lo habitual". Al caso, recuerda: "Dos días antes desde Venus, dispararon al aire. Todo para que los demás sepan que tienen pistolas". Un fanfarroneo que lleva años exhibiéndose y que hace pensar en la gran cantidad de armas de fuego que abunda en el barrio. Un tráfico sin ningún tipo de control.

El tiroteo pilló a Francisco precisamente en la calle. "Estaba paseando con un amigo y vi cómo se acercaban esos dos con las pistolas. Le dije que nos fuéramos". Escuchó a una mujer, la madre de uno de los implicados, decirle a su hijo: "Guarda la cacharra, que vienen los jambos". Efectivamente, tal y como se escucha en el vídeo que ya ha circulado por todas las redes sociales, las sirenas de la policía comienzan a sonar, anunciando la llegada de los Mossos d'Esquadra al lugar de los hechos.

Un tranvía circula por delante de unos edificios de La Mina

Un tranvía circula por delante de unos edificios de La Mina G.A.

Refuerzo policial

Otros residentes de la zona no se explican la alta presencia policial semanas atrás y la "nula", dicen, de ahora. "Cuando pasó lo del coche que la grúa quiso llevarse y se liaron ahí 50 personas, la policía estuvo a pie de calle las dos semanas siguientes". El incremento de agentes se notó. En cambio, ahora no lo perciben: "No hay nadie, aquí pasará cualquier cosa".

Sin embargo, desde Mossos d'Esquadra, combaten la opinión: la policía catalana ha asegurado a este medio que se han tomado medidas especialmente en los puntos donde se sitúan las familias involucradas en el tiroteo que se saldó con una mujer herida por una bala perdida. Añaden que el Área de Brigada Móvil, la BRIMO, patrulla a diferentes horas el barrio.

La delincuencia, a la baja

Hay unos datos que arrojan algo más de esperanza a Sant Adrià de Besòs y chocan con esta "calma tensa" que se respira en el barrio más poblado y conflictivo del municipio. Son las cifras del último Balance de Criminalidad publicado por el Ministerio del Interior. En ellas, se refleja que la delincuencia en la ciudad en 2023 se redujo respecto al 2022 un 4%.

Concretamente, los delitos que más han disminuido son los robos con violencia e intimidación (un 18,2%), los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones (un 22%) y los hurtos (un 13%). En cambio, las agresiones sexuales con penetración se disparan: de tres violaciones denunciadas en 2022 se pasa a 11 en 2023.

"La gente no denuncia"

A la gente de a pie no le sirven las estadísticas y están convencidos de que no se denuncia todo lo que sucede en la ciudad. "Si a veces para poner una denuncia te dicen que pidas cita previa porque están saturados", ejemplifican algunos. "Entonces ya ni vas". Montones de trámites que se quedan sin realizar y que, por lo tanto, no se incluirían en el recuento trimestral del Ministerio del Interior.

Aún así, Sant Adrià aprueba en delincuencia y se mantiene a la baja en cuanto a criminalidad. Las vecinas Santa Coloma de Gramenet y Badalona, en cambio, aumentan ligeramente: en Santa Coloma sube un 4,1% y en Badalona lo hace un 1,3%.