La temporada de chiringuitos en Castelldefels ha tenido que retrasarse unos días por las consecuencias de la borrasca Nelson, que ha azotado duramente al litoral metropolitano. El fuerte temporal del pasado fin de semana, coincidiendo con las fiestas de Semana Santa, provocó olas de hasta cuatro metros de altura; suficiente para inundar algunos de los chiringuitos de la zona.
El área más perjudicada fue la playa del Baixador, donde la marea alcanzó más de 200.000 metros cuadrados, llevándose todo por delante. Entre los daños, el consistorio ha notificado al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) –entidad encargada de la gestión de las playas metropolitanas– la pérdida de 30 pasarelas de madera, que se reemplazarán en los próximos días.
Además del material mobiliario, la borrasca Nelson también afectó los trabajos de montaje de los equipamientos de la temporada de este año. Aunque estaba previsto que los chiringuitos abrieran al público a partir del pasado 27 de marzo para aprovechar las vacaciones de Semana Santa, no fue posible a causa del temporal. Su apertura, por lo tanto, ha tenido que adaptarse al clima y posponerse un par de días por motivos de seguridad.
Pérdidas de facturación
Uno de los locales más afectados ha sido Carita Morena, situado en la playa de Lluminetes. Las olas desmontaron la estructura, montada tan solo unas semanas antes. “Hemos tenido que cambiar la caja registradora, una nevera, un congelador y varias mesas que se las llevó el agua”, explica Albert Estragués, uno de los propietarios del chiringuito y gerente del Grupo Lancaster, a Metrópoli. En total, 7.000 euros invertidos en reparar lo que el mar “engulló”.
A esta cantidad hay que sumarle 12.000 euros de pérdidas de facturación (4.000 al día) que supuso para el negocio no poder abrir durante Semana Santa, uno de los períodos con mayor impacto económico para la restauración. De hecho, Estragués destaca a este medio que el equipamiento tuvo que montarse desde cero después del impacto de las olas, que lo desplazaron del lugar. Tras resolver todas estas afectaciones, Carita Morena ha podido inaugurar la temporada de este año el pasado martes, 2 de abril.
El último en abrir ha sido el chiringuito Bolero, situado en el número 35 del paseo marítimo, en la playa de la Pineda. Sus propietarios no han podido subir la persiana hasta el pasado miércoles, 3 de abril, pese a tenerlo todo listo desde hace una semana. Para todos los negocios de la localidad, el paso de la borrasca Nelson ha supuesto un duro golpe, sobre todo en términos económicos, aunque el grado de afectación ha sido diferente para cada uno de ellos
Hasta 16 chiringuitos
Castelldefels suma un total de 16 chiringuitos en los cinco kilómetros de playa que tiene, 12 de ellos situados en la arena y cuatro fijos en el paseo marítimo. Se trata de los mismos establecimientos que obtuvieron la concesión de licencia por parte del Ayuntamiento de Castelldefels para el periodo 2022-2025. Todos ellos cumplen con un conjunto de criterios básicos de sostenibilidad ambiental, social y cultural.
La playa del Baixador es la que acoge más chiringuitos, con seis (Tibu-ron, Dolce Vita, Ancla, Cocody, Iguana y Celeste Beach), seguida de la Pineda, con cuatro (Bolero Beach, Chalito, Playeros y Ananda), y Lluminetes, con dos (La Garota de Mar y Carita Morena).