Se acerca el buen tiempo y con él las ganas de refrescarse en el mar. Cada vez es más habitual alejarse de las playas convencionales en busca de una cala apartada de los turistas donde poder desconectar del bullicio de la ciudad. Aunque acostumbran a ser de difícil acceso, regalan unas vistas propias de postal, con lo que cualquier esfuerzo merece al final la pena.

A menos de una hora de Barcelona, en la tranquila ciudad de Sitges, se encuentra una cala conocida por su belleza paisajística y por la tranquilidad que se respira. Aunque el nombre no hace honor al lugar paradisíaco que es, son muchos los barceloneses que deciden refrescarse entre sus aguas.

Cala de aguas cristalinas

La Cala de L'Home Mort de la capital del Garraf, a escasos minutos en coche de Sitges, es el lugar perfecto para refrescarse y tomar el sol. Está ubicada en un entorno natural; el agua del mar cristalina la convierte en un lugar paradisíaco que transporta a los bañistas al Caribe sin salir de Barcelona. Por eso también es conocida como la ‘playa del placer’.

Cala de L'Home Mort de Sitges Sitges Turismo

Se trata de una playa pequeña, pero acogedora, de aguas tranquilas que llegan hasta la cadera. El fondo es de rocas y arena, y viven pequeños peces de colores vistosos. Por eso, para poder disfrutar al cien por cien de este espacio natural, se recomienda utilizar escarpines. Además, se encuentra un chiringuito donde comer o tomar algo con las mejores vistas de la costa de Sitges.

Origen del nombre

En 1930, la Cala de L'Home Mort se autodefinió como la primera cala gay del mundo. Casi 100 años más tarde, sigue siendo una de las zonas nudistas más frecuentadas por el colectivo LGTB. El nombre de la cala viene dado por una leyenda urbana que explica que, en la Segunda Guerra Mundial, hallaron el cadáver de un aviador en dicha ubicación. Desde entonces la bautizaron como la Cala de L'Home Mort, una denominación que perdura hasta día de hoy.

¿Cómo llegar?

Hasta esta cala de aguas cristalinas se puede acceder a pie desde el parking de la antigua discoteca Atlántida, caminando poco más de un kilómetro. El camino sigue las marcas del GR-92 y está rodeado por los acantilados de la costa del Garraf, con lo que el trayecto es muy ameno y agradable. 

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