Cada vez que llueve con fuerza en Castelldefels, la ciudad está condenada a inundarse. Esto se debe, en gran parte, a su situación geográfica. El municipio colinda con el mar Mediterráneo, que baña el sur, y el parque natural del Garraf, al noroeste, ambos a más altitud que el núcleo urbano. Esto convierte Castelldefels en un “embudo” natural, que se inunda siempre que llueve con intensidad.
La huella humana, por otro lado, también ha influido en esta problemática. La vía del tren, la autopista C-32 y la autovía C-31, construidas a más altura, actúan como diques de contención, empeorando la situación. Los más afectados ante esta distribución urbanística son los barrios situados al sur de la avenida Constitución: Lluminetes, Baixador, Can Bou, Mar-i-sol, La Pineda y Granvia Mar; todos ellos quedan por debajo del nivel del mar, lo que imposibilita la salida del agua.
Estación de bombeo de agua
El departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, a través de la Agencia Catalana del Agua (ACA), ha aprobado, el 9 de mayo de este año, el convenio de construcción de la estación de bombeo de aguas pluviales de la calle Aragó. Esta infraestructura hidráulica, largamente reivindicada por Castelldefels, es imprescindible para “minimizar las inundaciones en el municipio y gestionar de forma óptima la salida del agua al mar”, tal como apunta Manel Velero, responsable de la Unidad de Infraestructuras del ayuntamiento, a este digital.
La obra forma parte de las actuaciones de prevención contra las inundaciones que la ACA llevará a cabo para mejorar el drenaje de la llanura del delta del Llobregat y sus cauces, con actuaciones en la riera dels Canyars y de Can Vinader. La estación de bombeo permitirá gestionar el sistema de drenaje, facilitando la salida del agua por el mar para que funcione a pleno rendimiento y la afectación de las inundaciones sea la menor posible. Según detallan fuentes municipales a Metrópoli, la estación tiene un coste de 17,5 millones de euros, de los que el consistorio tan solo asumirá el IVA (2,5 millones). Los 15 millones sobrantes corren a cargo de la ACA.
La estación de bombeo de la calle Aragó completará la red de infraestructuras hidráulicas de la ciudad. Su construcción es una reivindicación histórica en Castelldefels, que, tal como puntualiza Montse Viñas, responsable del departamento de Vía Pública y Medio Ambiente, “permitirá solucionar buena parte de los problemas derivados de las fuertes lluvias en el municipio, gestionar de forma adecuada la salida de aguas al mar y abordar los retos en materia climática y sostenibilidad de la ciudad”.
Control de los pasos inferiores
Con cierta recurrencia, los pasos inferiores de las vías del tren del municipio quedan completamente cubiertos de agua, fruto de las lluvias torrenciales. Esto supone un grave peligro para los vehículos, que muchas veces quedan atrapados en su interior. Para evitar desgracias mayores, en septiembre del año pasado, el gobierno municipal diseñó un plan que ha empezado a ejecutarse hace unas semanas.
El proyecto, financiado por la Unión Europea, consiste en la implantación de un sistema de señalización en los pasos inferiores que permita controlar el acceso de los coches en caso de episodios de precipitaciones intensas. Además de velar por la seguridad de los vecinos de Castelldefels, servirá para controlar a los vehículos que entren en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). La iniciativa, con un coste de 627.394 euros, entrará en funcionamiento en unos meses.
El control de acceso estará formado por una barrera de cinco metros que permitirá cortar el tráfico cuando no se cumpla un mínimo de seguridad. También se instalarán semáforos, paneles informativos y cámaras de videovigilancia. Estas medidas se implementarán en los pasos inferiores de las calles Joanot Martorell, Pau Casals, Barcelona, avenida de la Pineda y en la avenida Ciutat de Málaga; cuatro en total.
Avenida de la Pineda
La polémica avenida de la Pineda es otra de las vías donde el gobierno municipal desarrollará actuaciones para poner fin a las inundaciones o, al menos, minimizarlas. El Ayuntamiento de Castelldefels apunta que el anterior gobierno socialista cometió “varios errores urbanísticos” tras la instalación del carril bici. Uno de ellos, elevar los pasos de peatones, provocando inundaciones en las fincas vecinas cada vez que llueve con intensidad. Para corregirlo, se rebajarán de nuevo, además de mejorar el estado de las bombas de agua de la calle. “Conseguiremos reducir el agua que se acumula de los cinco centímetros a uno”, destaca Albert García, gerente de los Servicios Territoriales.