Un coche de Mossos d'Esquadra en la calle Granada de Badalona

Un coche de Mossos d'Esquadra en la calle Granada de Badalona METRÓPOLI

Gran Barcelona

Descartan indicios de criminalidad en el incendio de Badalona donde murió el asesino del vecino de Vic

La investigación concluye que Óscar Arriba murió asfixiado por el humo, pero todavía no se ha esclarecido si se trató de un suicidio o de un accidente

14 junio, 2024 14:34

La investigación sobre el incendio de la calle Granada de Badalona en el que murió Óscar Arriba, el principal sospechoso de matar y descuartizar a Joan Pere Madurell, descarta cualquier indicio de criminalidad.

Así lo concluyen fuentes cercanas a la investigación: Arriba murió asfixiado el pasado 28 de mayo durante el incendio. Lo que todavía no se ha esclarecido es de si se trató de un suicidio o de un accidente.

Con antecedentes y violento

La noticia la ha avanzado El País, que informa de que la causa sigue abierta, pendiente del análisis de diversos objetos que se recuperaron del domicilio que pudiesen alumbrar la causa del fuego.

Cuando los mossos llegaron a la calle Granada esa madrugada, al poco supieron la identidad del fallecido, que estaba bajo lupa desde enero cuando Madurell, vecino de Vic, desapareció en Badalona. Él era la última persona que estuvo con el desaparecido, del que meses más tarde apareció la cabeza en las inmediaciones de Can Ruti.

Además, Óscar no era un vecino muy querido en el barrio: al contrario, lo odiaban. Era un hombre muy violento y agresivo, según contaron a Metrópoli sus vecinos, que había sido detenido en diversas ocasiones y tenía amenazados de muerte a los residentes del bloque. De hecho, les advirtió que prendería fuego al edificio para llevárselos por delante.

Principal sospechoso

Con la muerte de Óscar se cerraban todos los caminos para averiguar qué le pasó realmente a Madurell, el vecino de Vic que desapareció el 29 de enero en Badalona. Ambos se conocieron, según Arriba, en el andén de Fondo y se fueron a tomar unas copas juntos.

Lo demás es historia: la cabeza de Joan Pere apareció en Can Ruti y el resto de cuerpo lo hizo troceado en un contenedor del barrio de Gràcia de Barcelona. "Si he sido capaz de cortar una cabeza puedo mataros a todos", son las últimas palabras que el sospechoso les dirigió a sus vecinos, cuentan, el día antes del mortal incendio.