El móvil le suena a cada rato. La pantalla se le ilumina y le vibra de forma constante. "Esto es un trabajo 24/7", bromea, aunque en esa risa nerviosa se halla la verdad. Le reclaman, sobre todo, vecinos. Habitantes de los diferentes barrios de Badalona que tienen su número y le informan a tiempo real de las okupaciones, calientes o enquistadas en el tiempo, que se producen en el municipio. Es la base de la pionera concejalía antiokupa de Badalona, capitaneada por Daniel Aguilera desde hace un año.
El concejal ofrece una entrevista a Metrópoli para hablar sobre la ardua tarea que afronta la regiduría. Se lo toma "con filosofía" porque el volumen de trabajo es importante: hasta ahora, la concejalía ha atendido personalmente 400 casos de okupación en toda Badalona. Una problemática que se mantiene a raya en la ciudad, insiste Aguilera, mientras en el resto de municipios del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) va en aumento.
Contacto con grandes tenedores
El también vecino de Llefià conoce a la perfección la lacra, o eso dice, porque afecta principalmente a su barrio y también al de La Salut. En estas zonas se concentran muchos pisos de grandes tenedores y es precisamente el contacto directo con ellos uno de los puntos fuertes de la concejalía antiokupación. Lo explica Aguilera, que se define con un perfil "más de calle que de oficina" a este medio: "Hemos creado una red de conocimiento de grandes tenedores y propietarios que nos facilita mucho una rápida respuesta ante una okupación". ¿Por qué? Porque éstas se dan, en muchas ocasiones, sin conocimiento de la propiedad, por lo que terminan consumándose con éxito.
Ejemplo claro de que esta comunicación puede cambiar las cosas fue la última okupación conflictiva en la calle Calderón de la Barca el pasado jueves, 11 de julio. El local terminó incendiándose por las continuas disputas de los indeseados inquilinos, que provocaban problemas en todo el vecindario. A petición de la concejalía antiokupación, el banco blindó el espacio y también instaló un servicio de vigilancia hasta que se tapiara por completo.
Miedo a los pinchazos
Estrechamente relacionado con este croquis okupacional de Badalona está el trabajo realizado desde el departamento de Disciplina Urbanística, que aborda la cuestión desde el "uso incorrecto de vivienda" en locales que no están acondicionados para ello. Se agiliza, así, el tema judicial. Otro ejemplo: la desokupación de una nave de la calle indústria el pasado 10 de julio.
Sin embargo, lo que más preocupa a los vecinos que sufren una okupación en su mismo edificio es la peligrosidad del enganche a la luz. Por eso, según Aguilera, el contacto con Endesa es permanente.
Protocolo policial
En resumen, unos contactos — incluido el Col·legi d'Administradors de Finques de Barcelona — que han hecho que la okupación en Badalona disminuya un 25,4% en el último año teniendo como brazo armado a la Guardia Urbana, que cuenta con un Protocolo que dota de seguridad jurídica las intervenciones policiales. Aunque éste no está exento de polémica, como en su día lo estuvo la unidad policial que se anunció en 2022 para luchar contra las okupaciones bajo el mandato del socialista Rubén Guijarro.
Aunque el edil mencione la elaboración de este reglamento como una de las medidas llevadas a cabo en este último año, fuentes internas del cuerpo local le restan importancia: "No es más que un recogido de diferentes leyes que afectan al tema de la okupación, pero no es nada innovador ni diferente a lo que marca la ley que hay que hacer", explican a Metrópoli.
"No somos un lobo que destroce vidas"
Aún así, Aguilera huye del estereotipo beligerante clásico de la lucha contra la okupación. Y lo justifica asegurando que su trabajo también tiene una parte social: "Se negocia con muchos un alquiler social, dependiendo del caso. No somos un lobo que destroce la vida de personas", se defiende, aunque el del PP sí admite que la mayoría de situaciones que llegan a sus manos son "conflictivas".
Así, el concejal está convencido de que que la okupación en Badalona sea uno de los temas que más preocupa a la ciudadanía viene derivado de la inseguridad que ello provoca, más que de la realidad en sí: "Hay un problema habitacional, por supuesto", pero la alarma ya está extendida entre la mayoría de residentes. Además, Aguilera destaca que "la mayoría de okupaciones son a particulares", lo que acrecienta la sensación de inseguridad.
Acuerdo con el juzgado
"Santa Coloma no tiene la panacea", opina Aguilera cuando se le menciona el acuerdo entre juzgado y el ayuntamiento del municipio vecino que permite desalojar a los okupas en pocos días, siempre y cuando la propiedad sea un particular y manifieste su deseo de recuperar de manera inmediata el inmueble. Lo celebra, pero opina que la solución tiene que venir de más dentro.
En cuanto a la relación del Ayuntamiento de Badalona con el juez decano, en este caso José María Noales, que podría imitar el modelo colomense o incluso facilitar y aligerar el trabajo, el concejal se abstiene de opinar : "No tenemos relación con el juzgado".
Más pisos de particulares
Los últimos datos que Aguilera aporta para que este medio y sus lectores se hagan una idea más acertada de la radiografía okupa en Badalona son los siguientes: los pisos más afectados por esta problemática en el municipio son los de particulares (21,2%) y pequeñas empresas (13,7%). En total, el porcentaje asciende a un 34,9%. Cifra que supera por mucho la de inmobiliarias u otras como Haya (13,7%), Sareb (11,5%), Anticipa Real Estate (8,4%) o CaixaBank (6,2%). "Así que hay ciertos discursos de los partidos de la oposición que pierden total sentido con esto", apunta el concejal.