Molins de Rei será “implacable” con aquellos que quieran alterar el orden durante la Fiesta Mayor, que se celebra este fin de semana. Para ello, ha organizado un dispositivo policial sin precedentes en la ciudad. Su principal objetivo, evitar por todos los medios que se repitan los altercados que marcaron las fiestas del año pasado y que acabaron con 18 detenidos.
Ha sido el mismo regidor de Seguridad, Miquel Zaragoza, quien ha detallado a Metrópoli los cambios que se han implementado esta ocasión para tener un mayor control y actuar con más eficacia contra la delincuencia. “La Guardia Urbana de Molins trabajará conjuntamente con los Mossos d’Esquadra, con los que nos reunimos el pasado 16 de septiembre”, ha explicado Zaragoza a este medio. “No vamos a tolerar comportamientos que alteren el orden en la ciudad”.
El responsable de seguridad ha tildado el dispositivo policial de “muy estricto”, para el que cuentan con una unidad dron para controlar aforos y aglomeraciones con el soporte de los agentes de campo, que patrullarán las calles de la localidad. También se han activado agentes de la Brigada Móvil (Brimo) y del Área Regional de Recursos Operativos (Arro). “La coordinación entre los diferentes cuerpos es prioritaria”, defiende Zaragoza.
Control de accesos
Una de las principales novedades de este año es el cambio de ubicación de los conciertos y la zona de barracas, que se trasladan de la plaza de la Llibertat al parque del Llobregat, mucho más amplio. Además, en un futuro próximo se construirán viviendas de protección oficial en la plaza, por lo que “había que buscar una alternativa”. A diferencia de otros años, el recinto se vallará y habrá controles de acceso. “Todo el que quiera entrar deberá someterse a un chequeo de seguridad por parte de los agentes”, destacan fuentes municipales a este digital.
La feria de atracciones también se traslada del parque de la Mariona a la antigua carretera nacional, en el polígono industrial. “Sant Feliu de Llobregat lo hizo así el año pasado y les funcionó, así que hemos decidido adoptar la idea”, señala Zaragoza. Este año, además, todos los comercios cerrarán a las 21:00 horas y se retirarán los contenedores de vidrio de las calles.
Los días en los que se espera una mayor participación en las fiestas son del jueves 27 al sábado 28 de septiembre. “Vamos a ser implacables”, apunta el regidor de seguridad, que promete trabajar por unas fiestas libres de delincuencia. “Es nuestro principal objetivo”, promete el mismo. El día de mayor tensión será el sábado, que, según fuentes municipales, “es cuando existen más riesgos”. La noche del domingo, en cambio, la presagian tranquila. “El lunes solo es fiesta en Molins, así que no esperamos recibir a mucha gente”, sentencia Zaragoza.
Armas blancas
En los controles de seguridad los agentes pondrán el foco en la tenencia de armas blancas. Asimismo, nadie podrá acceder a la zona de conciertos con botellas o bebida del exterior: “el que quiera consumir que lo haga en la zona de barracas”, señalan desde el Ayuntamiento de Molins (liderado por el socialista Xavi Paz). “Cabe la posibilidad de que mucha gente siga la fiesta en zonas alternativas o con botellones, y, aunque es muy difícil, vamos a intentar que no ocurra”, asegura Zaragoza.
El Ayuntamiento también tendrá en el punto de mira la estación de tren y los autobuses interurbanos, así como las carreteras de acceso a Molins. Para poder cubrir todas las áreas, se movilizarán las cinco patrullas de la Guardia Urbana y se reforzará la seguridad privada como servicio colateral.
Reincidentes externos al municipio
El gobierno municipal confía en que este año las fiestas se desarrollen con “total normalidad”. “El fin de semana del año pasado no coincidió con ninguna otra fiesta de la zona, con lo que todo el mundo vino a Molins. Esta vez la celebramos los mismos días que El Prat de Llobregat”, explica el regidor de Seguridad a este medio.
La Fiesta Mayor del año pasado se saldó con 18 detenidos, ninguno vecino de Molins de Rei. El mismo alcalde recalcaba este dato hace unos meses durante una entrevista con Metrópoli: “Lo que vimos en la fiesta mayor fueron unos hechos aislados que no obedecen a la lógica de la ciudad, sino a la del área metropolitana”.
Los altercados ocurrieron el sábado 30 de septiembre de 2023, cuando un grupo de jóvenes saquearon comercios, destrozaron vitrinas y quemaron mobiliario urbano, además de enfrentarse cara a cara con los agentes de la policía. Los incidentes obligaron a movilizar a distintas patrullas de la Brimo y la Arro de los Mossos d’Esquadra, después de que dos agentes resultaran heridos. Entre los detenidos, la mayoría reincidentes, había varios menores de edad.