Xavi Paz: “Faltan conexiones transversales, nos cuesta más ir a Sant Boi o a Sant Cugat que a Barcelona”
El alcalde de Molins de Rei cree que el AMB debería apostar por un servicio público de calidad y transversal para evitar tener que pasar por la capital catalana para desplazarse por la metrópoli
23 marzo, 2024 23:32Xavi Paz (Molins de Rei, 1971) es fisioterapeuta de formación, pero los derroteros de la vida le han llevado a ejercer de alcalde. Su pasión por Molins de Rei, un municipio del Baix Llobregat de 27.000 habitantes, lo mantiene al frente del Ayuntamiento por el PSC desde 2019. Esa responsabilidad comparte lugar con el deporte, la lectura y el cine.
Se declara ferviente amante del área metropolitana de Barcelona y de todas sus facetas y posibilidades. “Es un lujo ser alcalde metropolitano, tengo mucha suerte”, destaca con una sonrisa en una entrevista con Metrópoli. Unas ganas y una pasión por su ciudad natal que lo mantienen al pie del cañón en la apuesta por una movilidad interurbana de calidad, por la seguridad en la Fiesta Mayor de este año y con ganas de avanzar en un mismo objetivo de ciudad tras la formación del gobierno progresista en las pasadas elecciones de 2023.
La Fiesta Mayor del año pasado estuvo marcada por unos altercados que colocaron a Molins de Rei en el mapa delincuencial metropolitano. ¿Fue un hecho circunstancial o responde a algún tipo de aumento de la delincuencia en el municipio?
Justo hacía unos meses que habíamos celebrado la junta de seguridad local con la presencia del conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, donde nos destacó las cifras de Molins de Rei, 20 puntos por debajo de la media de Catalunya a nivel delincuencial. Lo que vimos en la fiesta mayor fueron unos hechos aislados que no obedecen a la lógica de la ciudad, sino a la del área metropolitana. En diciembre, cuando convocamos de manera extraordinaria una junta de seguridad local para explicar lo ocurrido, se constató que las 18 personas detenidas eran de fuera de Molins. Esta situación la hemos vivido en localidades vecinas dos semanas después, como en Sant Feliu de Llobregat. Una circunstancia que constata que estamos ante un fenómeno metropolitano que ese fin de semana afectó a Molins.
¿Han marcado estos hechos un precedente a la hora de organizar la Fiesta Mayor de Molins de Rei este año?
Estamos empezando a prepararla con la suposición de que puede volver a ocurrir, porque, aunque no tenemos la certeza, debemos tomar todas las medidas posibles para reducir el riesgo. Lo que más nos sorprendió fue la violencia de los hechos, no tanto la presencia de jóvenes de fuera del municipio, una lógica que habíamos vivido en las anteriores fiestas. También quiero recordar que el año pasado tuvimos uno de los mayores dispositivos de seguridad. Hubo un momento en el que había ocho patrullas, entre Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana. Nunca había pasado esto en Molins. De hecho, algún sector de la población nos acusaba de hacer un despliegue policial demasiado amplio.
En Molins de Rei, pese a esos buenos datos sobre la delincuencia, ¿han constatado un aumento de algún tipo de hecho delictivo más concreto?
Los hechos delincuenciales en Molins se mantienen estables. No es la primera vez que estamos 20 puntos por debajo de la media catalana. Aunque, si hay un delito que nos afecta en gran medida, éste es el de las ciberestafas. Molins no es una isla alejada de los problemas del área metropolitana. Con relación al debate generado en torno a la multirreincidencia, un tanto por ciento también afecta a la ciudad y creo que la solución pasa por desbloquear el poder judicial, un ámbito que hace años que no recibe las inversiones necesarias. Desde hace un tiempo, en Molins también se recogen denuncias en las dependencias de la Guardia Urbana, un hecho que facilita poner en conocimiento de las autoridades cualquier delito.
Molins de Rei forma parte de la zona norte del área metropolitana de Barcelona. ¿Cree que, por su situación geográfica, se tiene suficiente en cuenta al ayuntamiento a la hora de tomar decisiones?
Molins tiene una participación muy activa en el área metropolitana. Solo así se entiende que seamos el único municipio de la Segunda Corona Tarifaria que se incorporó desde el inicio en el proyecto de la bicicleta metropolitana. Y solo así también se entiende que en el mandato anterior el área metropolitana construyera 120 pisos de protección oficial en el nuevo barrio de Les Guardioles, donde tenemos el compromiso –este mandato– de levantar 150 viviendas más de protección oficial, de las cuales 80 son de alquiler.
Hablemos ahora de vivienda. En esta materia en concreto, ¿cree que el área metropolitana ha cumplido en términos generales dentro del marco del déficit que hay de vivienda pública en todo el país?
Seguramente nunca se cumple lo suficiente en materia de vivienda debido a la presión que hay en el precio y a la atracción que genera el área metropolitana de Barcelona, recordando también que quien tiene las competencias es la Generalitat de Catalunya. Dicho eso, en el mandato anterior hubo noticias positivas. Fue la primera vez que el Ministerio aportó dinero público para las políticas de vivienda en la metrópoli. Una promoción de Molins de Rei que tenía que ser de venta, se convirtió en alquiler. También es cierto que en algunos aspectos ha habido un fracaso colectivo. Es importante hacer autocrítica de las políticas globales que se han seguido. Hasta ahora no se impedía que cualquier vivienda de propiedad de protección oficial pasara al mercado de vivienda privada. Y eso es lo que ha comportado, entre otras cosas, que mucho suelo público haya pasado a manos privadas.
Molins de Rei es un municipio distinto geográficamente hablando. ¿Rige la medida del 30% de reserva para vivienda pública? Algo que ahora se ha visto que en Barcelona no ha funcionado.
No, no hemos sido capaces de aplicarlo. De hecho, en un plan sectorial que se sacó adelante tuvimos que escoger entre ese 30% de vivienda social o conseguir beneficio público para la ampliación de una calle que pasará a cesión pública, facilitando posibles alternativas de la llegada del Trambaix a Molins de Rei, una de nuestras máximas prioridades. Por tanto, esa no creo que sea la medida más adecuada para facilitar la creación de parque público de vivienda que debemos hacer entre todas las administraciones.
¿Qué carencias tiene Molins de Rei en relación a la movilidad? Tanto respecto a Barcelona como con el resto de municipios del área metropolitana.
Uno de los aspectos más valorados en Molins es la accesibilidad a Barcelona, que mejorará cuando consigamos que Rodalies funcione perfectamente. Nuestra ciudad está ahora afectada por las obras de soterramiento de Sant Feliu de Llobregat. Además, estamos a la espera de que Renfe reanude las obras de accesibilidad a la estación de Molins, que permitirán que los trenes de la línea R4 y R1 tengan mayor capacidad de transporte de viajeros. También estamos pendientes de una respuesta por parte de Fomento y la Generalitat de Catalunya para solucionar ciertos problemas de movilidad internos de Molins con un nuevo acceso a la autopista B-23. El inconveniente de Molins es el mismo que el de otras ciudades. Faltan conexiones transversales, nos cuesta más ir a Sant Boi o a Sant Cugat que a Barcelona. Ese es el mayor problema del área metropolitana. Precisamente ahora se puede ir hasta Sant Cugat porque Molins estableció en 2003 una línea urbana –que realiza un servicio interurbano– que conecta ambos municipios. Esta línea subsana un déficit existente en el transporte público entre la comarca del Baix Llobregat y el Vallès Occidental donde el mayor esfuerzo económico lo asumimos nosotros, cuando debería hacerlo el Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Hace unos meses se anunciaba la municipalización del servicio de limpieza y recogida de residuos de la ciudad. ¿Se debe a la finalización del contrato con la empresa ASCAP, o a otros problemas?
Yo siempre hablo de internalización, si se me permite. Existen dos motivos: uno, la amenaza por parte de la empresa de que quiere irse para abrir una línea de negocio en Catalunya; y dos, la voluntad del Ayuntamiento de mejorar la calidad de prestación del servicio. Para ello, nos damos un período de dos años para tener un máximo conocimiento del servicio, dilucidar las dudas que ha generado la anterior empresa y decidir si es más eficiente sacarlo bajo concesión en colaboración público-privada o seguir llevándola nosotros. Por otro lado, también queremos solucionar un problema que arrastramos desde hace años: no tenemos contenedor amarillo, algo que está amenazado por las nuevas decisiones de la Agencia Catalana de Residuos.
Precisamente su socio de gobierno, los comunes, es claramente partidario de la gestión pública.
Y no engaña a nadie. Formó parte de las conversaciones del pacto de gobierno.
Hablemos de este pacto de gobierno. Han pasado de pactar con Junts a hacerlo con los comunes, algo que sucede en otros municipios metropolitanos. ¿Cómo valora ese acuerdo de gobierno durante los primeros meses?
De forma extraordinariamente positiva. Ha sido un acuerdo construido desde la confianza y la lealtad, sin engañarnos, sabiendo lo que piensa cada uno. En Molins nos quedamos sin Junts el año pasado, un acuerdo que funcionó bien durante un tiempo, aunque hubo excesivas tensiones y una deslealtad importante en el pleno de negociación con el que había sido nuestro socio. Construir una mayoría alternativa es legítimo, pero no lo mejor para no dañar la confianza. Fue en ese momento cuando exploramos nuevas posibilidades. Por primera vez desde el 2011 en Molins, socialistas y comunes podíamos construir una mayoría progresista.
Como alcalde de un municipio del área metropolitana, ¿cree que sería conveniente implementar la figura de un alcalde metropolitano que desarrolle políticas comunes?
Tendríamos que analizar a costa de qué.
¿De la soberanía local?
Claro (ríe). Sólo hace 11 años que se volvió a construir el área metropolitana después de la terrible decisión de disolverla en los años ochenta. Aún vemos diferentes velocidades entre los municipios de la primera y la segunda corona metropolitana. Por tanto, creo que antes de lanzar este tipo de reflexiones debemos llegar a la convergencia con muchas políticas donde aún queda mucho camino por recorrer.