
Un contenedor inteligente en una imagen de archivo
La nueva tasa de reciclaje levanta polémica entre los vecinos de El Prat: "Nos acribillan a impuestos"
El nuevo gravamen municipal que se va a aplicar desde este mismo mes de abril en la factura del agua, ha generado enfado entre algunos residentes y, sobre todo, entre el sector comercial, que no contaba con una bonificación hasta que el Ayuntamiento ha rectificado la propuesta inicial
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Polémica en El Prat de Llobregat por la nueva tasa de reciclaje. Los vecinos del municipio del Baix Llobregat han alzado la voz contra el impuesto que se va a empezar a aplicar desde este mes de mayo por la recogida de residuos que, denuncian, "aumenta la presión fiscal" a los residentes.
Varias decenas de vecinos se concentraron en la plaza del Ayuntamiento el pasado jueves, 24 de abril, coincidiendo con la celebración del pleno, para mostrar su desacuerdo contra el nuevo gravamen municipal. "Nos acribillan a impuestos", denuncian algunos de los que asistieron a la protesta.
El gobierno municipal, liderado por Alba Bou, ha impuesto una nueva tasa por la recogida selectiva de los residuos. Se ha realizado en aplicación de la normativa estatal 7/2022, que obliga a todos los municipios de España, si no la tenían ya, a incorporar un impuesto de recogida complementario a la tasa de tratamiento que se cobra desde el AMB y que debe cubrir todo el coste del servicio de recogida.
Impuesto con descuento
Esta tasa se cobrará a través de la factura del agua en función del gasto detectado por vivienda. El Prat ha sido uno de los primeros municipios catalanes en implantar un sistema basado en contenedores de orgánica (marrón) y restos (gris) con apertura controlada por tarjeta, llavero o aplicación móvil. Estos contenedores inteligentes "permiten acreditar las personas que reciclan correctamente la orgánica y premiarles con un descuento", apuntan desde el consistorio.

Contenedor inteligente en El Prat de Llobregat
Los hogares que utilicen el contenedor marrón por lo menos siete veces cada dos meses obtendrán un 40% de descuento sobre el importe final. Quienes además visiten el Punto Limpio pueden sumar una reducción extra de 1 € por visita, hasta un máximo anual de 6 €.
La bonificación anunciada por el Ayuntamiento en caso de uso frecuente de los contenedores inteligentes no ha satisfecho a unos vecinos que consideran que el nuevo sistema penaliza a las familias con menos tiempo o recursos por adaptarse a los nuevos hábitos. "Es un impuesto injusto", denuncian.
Además ponen en duda que el sistema de bonificaciones sea un premio a quien más recicla. "No hay un control sobre lo que se tira en el interior del contenedor cada vez que los abres", aseguran.
Desde el consistorio insisten: se trata de una tasa obligatoria que con las bonificaciones aplicadas por el Ayuntamiento hace que "sea especialmente baja".

Pin y tarjeta para reciclar en El Prat de Llobregat
El comercio, uno de los grandes afectados
Uno de los sectores que también ha alzado la voz contra este nuevo impuesto ha sido el comercio local de El Prat. Desde Prat Gran Comerç, la asociación que agrupa a los comerciantes del municipio, presentaron una queja ante el consistorio al conocer la nueva tasa, que consideraban "injusta", ya que el planteamiento inicial excluía a la mayoría de comercios de los descuentos planteados.
"El 80-85% de los comercios no generan residuos orgánicos", asegura David Garcia, presidente de la entidad, en conversación con Metrópoli. "Comercios como mecánicos u oficinas no hubiesen tenido las bonificaciones", apunta el máximo representante de la asociación.
En el caso de los comercios se va a pagar el impuesto en función de los metros cuadrados de superficie, y no en función del consumo de agua, como sucede con las viviendas. Algo con lo que tampoco están de acuerdo desde la agrupación. "Una tienda de muebles de grandes dimensiones o un gimnasio tienen casi 500 metros cuadrados. Van a pagar como Amazon, que tiene una gran nave porque se aplica el máximo directamente, aunque no generen residuos", denuncian.

Contenedor reciclaje orgánico en El Prat
Esta es una de las grandes denuncias de los propietarios de comercios en el municipio: que se aplique un precio en función a su tamaño, que, lamentan, no tiene nada que ver con la generación real de residuos.
Rectificación del Ayuntamiento
Tras las reclamaciones de los comerciantes, el Ayuntamiento ha rectificado el planteamiento inicial, reconociendo que se había cometido "un error". Fuentes municipales han confirmado a Metrópoli que se rectificó el sistema de bonificaciones tras las quejas de las asociaciones de comerciantes y detectar que, como defendían, había se les perjudicaba con su aplicación.
La nueva propuesta del gobierno municipal establece que los comerciantes que quieran recibir un descuento en el pago del nuevo impuesto deberán abrir el contenedor gris menos de 52 veces al año, es decir, menos de una vez por semana si no generan residuos orgánicos. Si se generan, el requisito es abrir el contenedor marrón, como mínimo, 40 veces de forma anual.
"Sistema pionero"
Fuentes municipales han asegurado que se trata de un sistema "pionero" pese a las quejas de algunos vecinos. "Es un impuesto obligado por la ley", argumentan desde el consistorio a Metrópoli. "Este sistema supone un salto cualitativo en cuanto al reciclaje. Estábamos muy por debajo y este sistema nos permitirá cumplir con los objetivos europeos", añaden.
“La implementación está siendo mucho más plácida y correcta de los que esperábamos”, aseguran fuentes municipales a Metrópoli.

Algunos de los contenedores inteligentes instalados en Barcelona
Pese a las quejas, desde el consistorio han explicado que se ha introducido la tasa "lo más tarde posible" y que para mitigar su impacto en los vecinos de El Prat se ha congelado el IBI.
Alegaciones desde Junts pel Prat
Desde Junts pel Prat también se han opuesto a esta medida y en la forma en la que se ha aplicado. De hecho, los independentistas han presentado alegaciones al texto presentado por el gobierno municipal.
Gerard Valverde, el líder del grupo municipal, ha solicitado que el Ayuntamiento no aplique el nuevo impuesto en función de los metros cuadrados de los comercios, sino por epígrafes, es decir, por actividad comercial.
Asimismo, el edil reclama que se aplique un descuento en el IBI "de forma proporcional" a la nueva tasa para reducir el impacto de este nuevo impuesto en el bolsillo de los vecinos.