Cine Capri de El Prat de Llobregat

Cine Capri de El Prat de Llobregat AJ PRAT

Gran Barcelona

Los cines históricos de la Gran Barcelona sobreviven ante el cierre masivo en la capital: de El Prat a Sitges

Mientras algunas de las salas de Barcelona bajan la persiana, otros cines metropolitanos logran mantenerse vivos o incluso renacer gracias al impulso vecinal, el apoyo institucional y nuevos modelos de gestión cultural

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Todos sabemos que la gran pantalla no atraviesa su mejor momento. En Barcelona, lamentablemente algunas salas de cine han bajado la persiana. El Comèdia y Boliche han sido las últimas víctimas de la competencia de las plataformas de streaming y de los cambios en los hábitos de consumo, una tendencia que se ha hecho especialmente evidente en los últimos años con el cierre progresivo de cines históricos.

Sin embargo, esta crisis cinematográfica que afecta a la capital catalana contrasta con la situación en el área metropolitana, donde algunas salas emblemáticas han logrado mantenerse a flote e incluso reabrir tras años con la pantalla apagada.

El cine Comèdia de paseo de Gràcia, cerrado desde enero de 2024

El cine Comèdia de paseo de Gràcia, cerrado desde enero de 2024 Simón Sánchez

En ciudades como Sant Boi, Sant Feliu o Viladecans, equipamientos de barrio han resurgido gracias al apoyo institucional, la implicación vecinal o nuevos modelos de gestión cultural. Metrópoli hace un repaso por estas historias de resistencia, que demuestran que, más allá de Barcelona, aún hay espacio para el cine como experiencia colectiva.

La resistencia metropolitana

En el área metropolitana aún resisten cuatro salas de cine –sin contar las que se ubican en centros comerciales–, según figura en el último censo de salas con actividad del Ministerio de Cultura correspondiente al 2023 y actualizado por este medio. Se trata de los cines Capri, en El Prat de Llobregat; Can Castellet, en Sant Boi; Cinemes Sant Cugat; y CineBaix, en Sant Feliu.

Además, fuera del ámbito metropolitano, también se mantienen abiertas salas en Sabadell –con un total de 20 entre Imperial y Eix Macià–, Sitges –con el Cine Prado y el histórico El Retiro, que reabrirá en 2025 tras más de un año de reformas–, y por último Terrassa, con el Cine Catalunya

Asimismo, y tras la firme voluntad del Ayuntamiento de Viladecans de recuperar los históricos cines Lauren, la Gran Barcelona sumaría hasta 10 salas de autor –sin incluir las de la capital catalana–.

El Baix Llobregat, bastión cinéfilo

El Baix Llobregat es la comarca metropolitana donde más cines de barrio resisten. Uno de los casos más destacados es el del Cine Capri, en El Prat. Esta sala del municipio costero ha sobrevivido al paso de los años y al auge de las plataformas audiovisuales, convirtiéndose en la sala más antigua de la comarca

Inaugurada el 23 de diciembre de 1967, abrió gracias al impulso de Joaquim Marimón-Padrosa, que también gestionaba el Cine Monmari en el mismo municipio. La llegada de la crisis provocó el cierre progresivo de las otras tres salas, quedando únicamente el Capri, que desde 1985 es el único cine en funcionamiento en El Prat.

Actualmente, es una de las pocas salas de gran formato que siguen en pie en el Baix Llobregat, aun en manos de la familia Marimón-Padrosa.

Imagen de archivo del Cine Capri de El Prat de Llobregat

Imagen de archivo del Cine Capri de El Prat de Llobregat AJ PRAT

En Sant Boi, Cinemes Can Castellet es el único en activo del municipio. Cuenta con cinco salas y una programación variada que va más allá del cine comercial. Ofrece películas en versión original, documentales y cine de autor, además de actividades culturales y educativas. Su objetivo es consolidarse como un referente cultural vinculado al audiovisual.

En Sant Feliu, CineBaix es el resultado de la voluntad ciudadana por mantener la oferta de cine de calidad después del cierre del Cinema Guinart. Gracias a la movilización vecinal y al apoyo municipal, se creó una asociación sin ánimo de lucro que gestiona el espacio desde 2004 como centro cultural. CineBaix sigue proyectando cine de autor, estatal y en catalán.

Vuelven los Lauren a Viladecans

En Viladecans el gobierno municipal se ha propuesto devolver el cine a la ciudad. Cerrados desde 2013, los multicines Lauren dejaron al municipio huérfano de salas, una vinculación histórica que empezó en 1923 y se mantuvo intacta con el paso de los años, con incluso varios espacios de proyección. 

Ahora, el consistorio ha desembolsado más de un millón de euros para recuperar los derechos de actividad sobre el edificio municipal, en manos de hasta siete propietarios, entre fondos de inversión y entidades bancarias. Además, el Ayuntamiento ha encargado un estudio técnico para definir del modelo de negocio y los posibles operadores del espacio

Antiguos cines Lauren de Viladecans, cerrados desde 2013

Antiguos cines Lauren de Viladecans, cerrados desde 2013 Cedida a Metrópoli

Eso sí, como adelantaron fuentes municipales a este diario, no se prevé una reapertura con múltiples salas como en el pasado, ya que lo consideran un “modelo insostenible”. “El sector ha cambiado”, apuntaban. La apuesta, por lo tanto, es abrir una única sala y destinar el resto del edificio a equipamientos para jóvenes del municipio.

Los centros comerciales: cines con otra lógica

Además de las 10 salas independientes mencionadas, el área metropolitana alberga otra decena de cines integrados en centros comerciales: Ocine Magic Badalona, Yelmo Cines Baricentro (Barberà del Vallès), Yelmo Cines Castelldefels, Kinepolis Full Barcelona (Splau de Cornellà), Cinesa Barnasud (Gavà), Cinesa La Farga y Filmax Granvia II (L’Hospitalet de Llobregat), Montcada, Yelmo Cines Sant Cugat y Cinesa Parc Vallès (Terrassa).

Aunque los centros comerciales son una gran alternativa para quienes buscan disfrutar de varios servicios en un mismo lugar sin necesidad de desplazarse, su oferta cinematográfica nada tiene que ver con la experiencia que ofrecen las salas de barrio. 

Mientras que los multicines suelen pertenecer a grandes cadenas que programan mayoritariamente estrenos comerciales, los cines de barrio apuestan por una programación más diversa, dando espacio al cine independiente, de autor o en versión original.

Imagen de archivo de gente haciendo cola en el CineBaix de Sant Feliu de Llobregat

Imagen de archivo de gente haciendo cola en el CineBaix de Sant Feliu de Llobregat Aj Sant Feliu

Además, el ambiente también marca una gran diferencia: como forman parte del paisaje urbano cotidiano de nuestras ciudades, estos últimos generan un vínculo más cercano con el público, convirtiéndose en espacios culturales que van más allá de la simple proyección de películas.

En muchos casos, organizan ciclos temáticos, coloquios con directores y festivales especializados que enriquecen la experiencia cinematográfica.

Crisis cinematográfica en Barcelona

En la ciudad de Barcelona, sin contar los cines de centros comerciales —cinco en total—, apenas resisten 13 salas de las 26 que había en 2013. Una de las más emblemáticas es el histórico Verdi, en Gràcia, en funcionamiento desde 1926. Este complejo multisala continúa siendo una referencia para los cinéfilos casi 100 años después de su apertura.

Su supervivencia resulta excepcional en un contexto en el que los cines no dejan de desaparecer. Las últimas en echar el cierre han sido el Comèdia, en paseo de Gràcia —que bajó la persiana en enero tras 64 años de historia—, y el Boliche, abierto desde 1998 en la avenida Diagonal.

Fachada de los Cinemes Verdi del barrio de Gràcia

Fachada de los Cinemes Verdi del barrio de Gràcia HUGO FERNÁNDEZ

El cine Girona es otro de los grandes referentes de la ciudad. Inaugurado en 1936 como Cine New York, ha pasado por varios nombres y reformas. La última fue en 2009, cuando Toni Espinosa lo rescató del cierre para transformarlo en los actuales cines Girona.

Por su parte, el cine Maldà, ubicado en el barrio Gòtic, es una sala de exhibición con una sola pantalla. Fue inaugurado en 1945 en el interior del antiguo Palacio del Baró de Maldà, donde hoy también se encuentran las Galerías Maldà y el teatro El Maldà.

El Cine Texas, otro clásico barcelonés, cerró sus puertas tras la pandemia cuando su antiguo propietario, Ventura Pons, se declaró en bancarrota. Este año, y tras reabrir en 2023 gracias a la presión vecinal, el espacio rebautizado como Espai Texas cumple 113 años de historia.

Puntos de encuentro colectivo

En un contexto donde las grandes cadenas y las plataformas digitales dominan el panorama cinematográfico, los cines de barrio se mantienen firmes. Espacios que son puntos de encuentro de las comunidades, ofreciendo una programación diversa, cine de autor y experiencias que trascienden la simple proyección de películas.

Así, mientras muchos cines históricos se apagan, otros resucitan, recordándonos que la magia de la gran pantalla todavía tiene un lugar en nuestras ciudades.