
Mauri Bosch, un agricultor del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
La proliferación de huertos ilegales en el Parc Agrari del Baix Llobregat, una amenaza que expulsa a los agricultores
Además de la parcelación ilegal, la Unió de Pagesos denuncia la construcción de todo tipo de instalaciones en los terrenos, desde depósitos de agua hasta barbacoas o piscinas, prácticas que interfieren en el uso profesional del suelo
En el Parc Agrari del Baix Llobregat existe una iniciativa que no convence a los agricultores de la zona: los huertos lúdicos. Se trata de parcelas agrarias alquiladas a particulares para el cultivo de autoconsumo, una práctica que, aunque inicialmente fue concebida como una forma de ocio, ha provocado la proliferación de explotaciones agrícolas ilegales.
Según denuncia la Unió de Pagesos a Metrópoli, este fenómeno se ha “descontrolado”, derivando en múltiples infracciones urbanísticas. Los usuarios no cumplen con la normativa, muchos de los terrenos no se utilizan para la producción de alimentos y no existe un sistema de control efectivo sobre el uso del suelo ni sobre lo que se cultiva.
Un “pasatiempo” para particulares que desde el sindicato advierten que expulsa al campesinado, además de comportar un “grave peligro alimentario”.
Parcelación ilegal de los terrenos
Los huertos ilegales del Parc Agrari se han convertido en un problema creciente, especialmente para los agricultores más jóvenes. Así lo lamenta Germán Domínguez, coordinador territorial de la Unió de Pagesos, quien señala que muchos ayuntamientos reciben cada vez más solicitudes de personas jubiladas interesadas en arrendar terrenos.

Un agricultor del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
Esto ha generado una nueva dinámica: particulares adquieren fincas de hasta 5.000 metros cuadrados y las dividen en subparcelas que luego alquilan a terceros. Según el sindicato, esta práctica representa una competencia desleal para quienes se dedican profesionalmente al campo, además de ser un factor que interfiere en el uso profesional del suelo agrario.
“Alquilar una hectárea sale por unos 1.000 euros anuales. Si esos 10.000 metros cuadrados se convierten en pequeñas parcelas, pueden llegar a generar miles de euros”, apunta Domínguez.
Además de la parcelación ilegal, los mismos payeses denuncian la proliferación de todo tipo de construcciones en estas tierras, desde depósitos de agua hasta barbacoas o piscinas, cuando la construcción dentro de los límites del parque está muy restringida, incluso para los propios campesinos.

Terrenos privados del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
Campos en un estado irreparable
“Cuando se marchan, dejan el campo inutilizable: construyen barracas, vierten cemento y destrozan la tierra. Recuperar esos suelos cuesta mucho dinero”, advierten desde la Unió de Pagesos. Municipios como Sant Feliu de Llobregat o Molins de Rei concentran una gran cantidad de huertos lúdicos, “lo que ha contribuido a la desaparición progresiva de agricultores profesionales en la zona”.
Por eso, desde la Unió de Pagesos reclaman sanciones económicas más estrictas y que se garantice la recuperación de los terrenos para su uso agrícola, un proceso con un elevado coste.
“Cuando detectamos huertos ilegales, avisamos a los vigilantes del parque”, señalan. Estos lo denuncian al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), quien tiene la competencia en materia de protección de la legalidad urbanística del parque en cumplimiento del Plan Especial. “El problema es que los procesos sancionadores son lentos y, en muchos casos, los terrenos no se recuperan”, lamentan los campesinos.
Instalaciones no permitidas
“El Plan Especial prohíbe explícitamente los huertos lúdicos, excepto si son de iniciativa pública”, señalan fuentes internas de AMB. En 2020, el ente metropolitano empezó a actuar en algunos municipios y, actualmente, interviene en el 98 % de la superficie del parque. Desde entonces, el AMB ha incoado 29 expedientes relacionados con terrenos urbanos.

Un asentamiento de barracas en terrenos de Esplugues de Llobregat Esplugues de Llobregat
“Nuestra actuación tiene como objetivo la protección de la agricultura profesional, que es la razón de ser del espacio protegido y lo que promueve el Plan Especial”, añaden. En consecuencia, el AMB restaura para uso agrícola los terrenos afectados por cierres, subparcelaciones, huertos lúdicos, construcciones ilegales, actividades industriales, depósitos de vehículos o viviendas, entre otros.
La disciplina urbanística, en lo que respecta a las infracciones anteriores a la delegación de competencias al ente metropolitano, corresponde a los ayuntamientos.
Priorizar el uso profesional
Uno de los municipios pioneros en la gestión de huertos lúdicos es Sant Boi. Según apuntan fuentes municipales a este medio, estas parcelas no están ubicadas en el mismo Parc Agrari, sino en varios emplazamientos situados en zonas periféricas del núcleo urbano, como el de la calle Alacant.
“Tenemos constancia de la existencia de parcelas de propiedad privada en las que se producen usos lúdicos, no profesionales, en contra de lo que establece el Plan Especial que regula este tipo de actividades en el Parc Agrari”, señalan desde el gobierno municipal.

Terrenos del Parc Agrari del Baix Llobregat Barcelona
Para evitar que esto ocurra en la localidad, el Ayuntamiento de Sant Boi y el Consorci del Parc Agrari del Baix Llobregat han actualizado recientemente el inventario de tierras del parque. Una modificación que ha permitido identificar las parcelas en las que se están desarrollando tales usos no permitidos.