
La jugadora Anna Quer proveniente del C.E.Sant Gabriel
De Sant Adrià de Besòs al mundo: las futbolistas que nacieron en la escuela del Sant Gabriel
El club femenino mantiene viva su escuela de talento pese al abandono de las instalaciones y la falta de jugadoras locales
Sobre el colegio: Sant Gabriel, una escuela icono de Sant Adrià
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A principios de la década de 2010, el C.E. Sant Gabriel femenino vivió su época dorada. Su primer equipo militó en la máxima categoría del fútbol español --la antigua Superliga-- y se enfrentó a los gigantes como el Barça o el Athletic.
En su campo de Sant Adrià de Besòs se respiraba fútbol de primer nivel, y muchas jugadoras internacionales pasaron por sus filas. Fue uno de los clubes pioneros en apostar fuerte por el fútbol femenino cuando aún era minoritario en los medios y en las gradas.

Uniformidad del C.E.Sant Gabriel
Hoy, más de una década después, el contraste es brutal. El primer equipo compite en categorías inferiores, y el club sobrevive gracias al esfuerzo de técnicos, familias y jugadoras. Las instalaciones están completamente abandonadas, tal y como ha atestiguado Metrópoli: césped parcheado, barracones ruinosos, una carpa vacía donde no hay ni un bar, y un espacio de fisioterapia más parecido a un almacén que a una sala médica.
Una cantera "con ADN"
A pesar de ello, este año el Sant Gabriel ha empezado una nueva etapa. Cambios en la coordinación, nuevas dinámicas en los equipos femeninos y un objetivo claro: mantener viva la cantera, el alma del club. “Aquí las niñas entran siendo benjamines y muchas se quedan hasta adultas. No buscamos solo talento: buscamos compromiso, ganas y un entorno familiar sano. Por muy buena que sea una jugadora, si los padres generan conflictos, no encaja con nuestro proyecto”, explica a este medio Daniel Arias, Director Deportivo Femenino.
Esa filosofía ha convertido al Sant Gabriel en una pequeña factoría de futbolistas con carácter: “Somos un club trabajador, con mucha energía. Un equipo guerrillero que quiere el balón”, resume Arias, que también es entrenador en el Juvenil A Femenino.

Jugadoras del Cadete A Femenino que consiguieron el ascenso a Primera
Talento de base
Y es que por esta histórica escuela de fútbol --una de las más prolíficas de Catalunya-- han pasado jugadoras que han llegado incluso a la élite. Es el caso de Laia Aleixandri, que a sus 24 años fichará por el FC Barcelona por cuatro temporadas. La de Santa Coloma de Gramenet es actualmente defensa central del Manchester City y aprendió gran parte de lo que sabe en el club de Sant Adrià.
También destacan nombres como Anna Quer, uno de los ejemplos más prometedores de la apuesta de Sant Gabriel por el fútbol femenino de base. A los 14 años ya estaba debutando con la Roja y, poco después, fichó por el Barça, donde ya forma parte del primer equipo B en categoría Sub‑17. Su evolución refleja el modelo formativo del club: salida precoz de Sant Adrià, paso por la selección y entrada al mejor entorno de fútbol femenino español.
Candela Andújar (exBarça, hoy en Costa Rica), Irina Uribe, Paula Nicart, o Noa Ortega también dieron sus primeros pasos con el balón en este campo.

La catalana Laia Aleixandri
Ocho equipos en un campo
Sin embargo, el campo de fútbol Ruiz Casado --en honor al político del PP asesinado a manos de ETA en Sant Adrià-- parece masificado. Cada tarde, hasta ocho equipos entrenan en él. El espacio se divide en parcelas. Un espacio que aún conserva la esencia de barrio y la entrega de sus jugadoras, pero donde todo está al límite.
A la falta de recursos se suma un problema estructural: cada vez hay menos jugadoras de Sant Adrià. El club ha tenido que buscar talento en otros municipios y hoy paga una penalización por tener jugadoras de fuera, una medida que resta aún más a los proyectos de base.
Inyección de dinero
Parece que ni la subvención anual municipal ni las cuotas de los 600 jugadores que integran la plantilla del Sant Gabriel son suficientes para mantener una estructura que deja mucho que desear. Goteras, cables a la vista, cristales rotos, basura amontonada, césped parcheado...
Desde el club agradecen, eso sí, la implicación del padre de una de las jugadoras, que este año destinará una inversión de dinero a arreglar parte del campo.
Una historia que marcó un antes y un después
Lluís Boada, economista y humanista vinculado al Sant Gabriel por su hija, vivió desde dentro uno de los momentos más críticos del club. “Mi hija lo dejó hace unos ocho años, poco después de la crisis que sufrió el club, cuando su impulsor, el señor Llandrich, tuvo problemas de salud y económicos”, recuerda. Con la marcha de este mecenas, figura clave en la trayectoria del club, el Sant Gabriel femenino descendió de la Primera División estatal y quedó al borde de la desaparición.
Boada intentó entonces evitar el colapso. Tiró de contactos y logró que el club ocupara portadas y largos espacios en tertulias de radio, algo insólito en aquel momento. “Nunca el fútbol femenino había tenido ese protagonismo en los medios”, explica.
Para Boada, el Sant Gabriel “estuvo en el origen de todo”. “Era el club de un barrio humilde que cuidaba con admiración a su cantera, gracias a la generosidad y la bonhomía del señor Llandrich. Y su vacío no lo ha llenado nadie. Creo que la ciudad le debe mucho a él y a todas las niñas que dejaron ahí tantas horas y tantas ilusiones”.
De la cantera al mundo
El Sant Gabriel fue un referente estatal del fútbol femenino y aún conserva su alma. Pero sin instalaciones dignas ni apoyo local, el futuro de esta escuela peligra. Lo que no falta, en cambio, es el talento y la determinación de sus jugadoras.
De ese campo siguen saliendo historias que inspiran. Como la de las hermanas Carrascosa --Aina y Yanira--, que comenzaron a jugar en el club con tan solo ocho años y hoy forman parte del Juvenil A Femenino en Liga Preferente.
Como tantas otras niñas que aprendieron aquí que para llegar lejos, primero hay que pelear cada balón en casa.