Vistas de Alella en una imagen de archivo

Vistas de Alella en una imagen de archivo FLICKR

Gran Barcelona

El pueblo de Barcelona que es poco turístico pero destaca por sus vinos y restaurantes: la gente se desvía para comer

El municipio, alejado del bullicio urbano, está rodeado de viñedos y apuesta por una gastronomía a base de productos de proximidad

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A menudo, al pensar en gastronomía catalana, los focos se centran en Barcelona capital. Sin embargo, más allá del bullicio urbano, hay pequeños pueblos que ofrecen experiencias culinarias igual o más memorables. Alella, a tan solo unos 15 kilómetros al norte, es uno de ellos.

Alella, el secreto mejor guardado del Maresme

Pese a su discreta fama entre turistas, Alella se ha convertido en un punto de referencia para quienes valoran la buena comida y el vino con identidad.

Rodeado de viñedos y bañado por la brisa mediterránea, este municipio de poco más de 10.000 habitantes combina tradición agrícola, paisaje y alta gastronomía.

Una viña de Alella

Una viña de Alella FLICKR

Vino con denominación de origen

Su legado vitivinícola es especialmente destacado: cuenta con su propia denominación de origen, la DO Alella, la más pequeña de todo el país.

Aunque modesta en extensión, sus vinos, en particular los elaborados con la uva Pansa Blanca, son apreciados por su personalidad fresca y sus aromas sutiles, perfectos para maridar con cocina marinera y platos de la región.

Una parada gastronómica 

Otro de los grandes atractivos de Alella es su oferta culinaria. Entre sus propuestas más reconocidas se encuentra Can Balcells, un restaurante ubicado en una antigua casa modernista que forma parte del hotel boutique Arrey Alella.

Su cocina apuesta por productos de proximidad y recetas que respetan la tradición sin dejar de innovar.

El restaurante Can Balcells, en Alella.

El restaurante Can Balcells, en Alella. Can Balcells

Platos como el arroz senyoret, las combinaciones de mar y montaña, o los pescados frescos traídos de lonjas cercanas conviven con cortes de carne de gran calidad, como el solomillo de vaca vieja o el secreto ibérico. 

Sabores de proximidad

Alella se enmarca en una comarca rica en agricultura: el Maresme, donde el clima suave y la cercanía al mar favorecen el cultivo de productos frescos durante todo el año.

Entre sus especialidades destacan el tomate de Premià, el guisante garrofal de Llavaneres, o las acelgas, alcachofas y judías verdes cultivadas en pueblos como Mataró, Vilassar o Cabrera.

Más allá de Alella: pueblos con identidad gastronómica

La provincia de Barcelona es un mosaico de sabores que va mucho más allá de la capital. Otros pueblos también merecen mención por su aportación a la cocina catalana:

  • Vilafranca del Penedès: epicentro del cava catalán y sede de bodegas históricas
  • Sitges: conocido tanto por su costa como por su vino Malvasía y sus arroces junto al mar
  • El Prat de Llobregat: donde se cría el famoso pollo de raza Prat, con sello de calidad
  • Vic: cuna de la longaniza de Vic, uno de los embutidos más emblemáticos de Cataluña