Playa de Ocata en el Masnou
La playa con kilómetros de arena que National Geographic reconoce como una de las mejores de Catalunya: a media hora de Barcelona
Amplia, bien conectada, sin aglomeraciones y con bandera azul: así es la playa que se cuela entre las mejores de Catalunya
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Escaparse del bullicio barcelonés en pleno verano no es tarea fácil. Pero a tan solo 20 minutos del centro de Barcelona, hay un rincón costero que lo tiene todo para convertirse en tu nueva playa de cabecera.
Se trata de la playa de Ocata, en El Masnou, que acaba de ser reconocida por la prestigiosa revista National Geographic como una de las mejores playas de Cataluña.
Arena fina, espacio de sobra y cero estrés
Lo que más destaca de Ocata es su amplitud: una playa larga, de arena clara y limpia, donde es posible tumbarse sin sentirse atrapado entre sombrillas. La revista ha valorado especialmente ese ambiente relajado, alejado de las multitudes que copan otras playas del área metropolitana.
Playa de Ocata
Además, Ocata cuenta con Bandera Azul, un distintivo que garantiza calidad ambiental, servicios bien gestionados y aguas seguras. Un plus importante para quienes buscan tranquilidad sin renunciar a comodidad.
También para nudistas (y discretos)
Otro punto a favor: una zona está habilitada para la práctica del nudismo, algo que National Geographic también ha querido destacar. Un espacio natural, discreto y respetuoso, ideal para quienes prefieren el contacto directo con el sol y el mar, sin barreras.
Cómo llegar
El acceso desde Barcelona no puede ser más fácil. En tren, basta con tomar las líneas R1 o RG1 de Rodalies y bajarse en la estación de El Masnou, literalmente a pasos de la arena.
Playa de Ocata
También hay varias líneas de autobús disponibles (C-10, C-15, C-19, N-80 y N-81), y si vas en coche, puedes llegar en menos de 25 minutos por la Gran Via y la C-31.
Un plan redondo
Una playa cómoda, cercana y con todos los ingredientes para pasar el día sin estrés: ese es el verdadero lujo.
Y Ocata, lejos del ruido pero cerca de todo, es el mejor ejemplo de que no hace falta irse muy lejos para encontrar un rincón de calma frente al mar.
