Can Gòdia, la histórica pollería de Badalona

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Gran Barcelona

Cierra Can Gòdia, la histórica pollería de Badalona que resistió casi un siglo

El adiós del comercio familiar ilustra la desaparición progresiva de las tiendas especializadas de barrio

Adiós a otro comercio histórico del centro de Barcelona: cierra una mítica tienda de discos con grandes descuentos

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Badalona se despide de la pollería Can Gòdia, situada en la plaza de Maignon del barrio del Centre, que cerró definitivamente el pasado 30 de junio tras 98 años de historia.

El establecimiento, gestionado durante cuatro generaciones por la misma familia, es un símbolo más de la crisis del comercio de proximidad en las ciudades catalanas.

Tal y como explica El Periódico, fundada en los años 20 del siglo pasado, Can Gòdia nació de forma precaria, como tantos negocios de posguerra: con un cartón en el suelo y huevos encima. 

Su historia ha corrido en paralelo a la de Badalona. Resistió dictaduras, transformaciones urbanas y crisis económicas, pero no ha podido con las dificultades actuales del pequeño comercio.

Una última semana con sabor a homenaje

La última semana de actividad fue un desfile constante de clientes fieles, muchos de ellos con la intención de llenar el congelador como forma de prolongar, aunque fuera unos días más, la presencia del local en sus vidas.

La familia propietaria, que ha sostenido el negocio con esfuerzo diario, asume que los márgenes actuales no permiten mantener una tienda tan especializada sin sacrificar la calidad de vida.

El peso de la fiscalidad, los costes crecientes y la dificultad de encontrar relevo generacional han sido determinantes.

Pollerías de calle: una especie en extinción

El caso de Can Gòdia no es aislado, pero sí representativo. Las pollerías a pie de calle han desaparecido casi por completo de Badalona, salvo en mercados municipales.

En su lugar proliferan locales de comida preparada, como los que venden pollo ‘a l’ast’, pero la figura del tendero especializado, conocedor del producto y del cliente, se va extinguiendo.

Los representantes del comercio local insisten en que es necesaria una implicación mayor por parte de las administraciones, no solo para preservar el tejido económico de barrio, sino también para garantizar ciudades sostenibles, con vida más allá de los centros comerciales.

Denuncian que muchos negocios especializados no logran sobrevivir porque no pueden diversificar ni competir en precio, a pesar de ofrecer calidad y trato personalizado.