Varias localidades del área metropolitana de Barcelona se han convertido en un refugio para quienes buscan calidad de vida sin renunciar a la cercanía con el corazón de la ciudad.
Entre ellas, una en particular destaca por su creciente atractivo residencial, y recientemente ha sido señalada como una de las mejores zonas para vivir por perfiles tan diversos como jóvenes artistas, familias y profesionales liberales.
La cantante y compositora Lia Kali, una de las voces más potentes del nuevo soul y rap catalán, lo tiene claro: no cambiaría su hogar por nada. Aunque no ha revelado la ciudad exacta, Kali ha hablado muy bien de Badalona.
En una reciente entrevista, la artista ha confesado que vive en una zona cerca de Barcelona, y que la considera una de las mejores para vivir en toda Catalunya. "Tengo claro que no me voy de aquí", ha afirmado rotunda.
Playa de la Marina de Badalona
Entorno de Barcelona
Esta tendencia se ha visto reflejada especialmente en municipios del Baix Llobregat y del Vallès Occidental, donde la mezcla de tranquilidad, entornos verdes y buenas conexiones por carretera y transporte público ofrece una alternativa muy valorada frente al bullicio de la capital catalana.
En estos núcleos residenciales, la vida se desarrolla a un ritmo más pausado, pero sin perder el acceso a los servicios, la oferta cultural y las oportunidades laborales que ofrece Barcelona.
Los factores que explican el auge de estas zonas son múltiples. En primer lugar, la oferta inmobiliaria aún presenta precios más contenidos en comparación con los barrios céntricos de la ciudad. Si bien la demanda ha incrementado en los últimos años, muchas localidades todavía ofrecen viviendas espaciosas, con zonas verdes y equipamientos modernos, ideales para quienes priorizan el confort y la estabilidad a largo plazo.
Pisos de la calle Hospital en Barcelona
Buena conexión
En segundo lugar, la movilidad es un punto fuerte. Las líneas de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), RENFE y metro permiten conexiones rápidas con Barcelona, haciendo posible que miles de personas puedan vivir en estas áreas y desplazarse a diario a sus lugares de trabajo, estudios o compromisos sin grandes pérdidas de tiempo. La mejora continua en infraestructuras, como nuevos carriles bici, accesos viarios y transporte público más eficiente, refuerza este atractivo.
Por otro lado, estas zonas destacan por una amplia oferta educativa, tanto pública como privada, y por su entorno natural privilegiado. Rodeadas de parques naturales, colinas, caminos rurales y zonas de recreo, permiten un estilo de vida saludable y en contacto con la naturaleza, algo especialmente valorado tras los cambios de hábitos que ha dejado la pandemia.
Para quienes desarrollan actividades creativas, como la música o las artes visuales, este entorno se convierte en una fuente constante de inspiración y equilibrio.
Cultura
En el ámbito cultural, muchas de estas localidades han fortalecido su identidad con centros cívicos activos, bibliotecas, espacios de creación artística y una agenda constante de actividades comunitarias.
Este tejido social consolidado ha permitido atraer a nuevos residentes que valoran tanto el sentido de comunidad como la posibilidad de desarrollar proyectos personales o profesionales en un entorno dinámico pero humano.
Plaza de Cerdanyola del Vallès en una imagen de archivo
Además, la digitalización y el auge del teletrabajo han ampliado aún más el margen de elección. Hoy ya no es necesario vivir en el centro de la ciudad para estar conectado. Desde una casa en Sant Just Desvern, Esplugues, Sant Cugat o Cerdanyola, se puede trabajar para una empresa internacional, producir música, emprender un negocio online o participar en redes profesionales globales con la misma eficacia que desde un ático del Born o el Eixample.
Éxodo de Barcelona
Este cambio de paradigma ha llevado a muchos barceloneses —y también a nuevos residentes de otras partes de España y Europa— a apostar por esta combinación de proximidad, tranquilidad y oportunidades.
Algunos perfiles públicos han contribuido a visibilizar esta transformación silenciosa. No se trata solo de una elección práctica, sino también emocional: quedarse en Catalunya y construir un futuro desde un entorno que ofrece equilibrio, identidad y conexión.
Así, a pocos minutos del epicentro urbano, estas zonas consolidan su estatus como espacios de vida contemporánea donde se redefine lo que significa “vivir cerca de Barcelona”: no solo estar a escasa distancia, sino también encontrar el lugar adecuado para quedarse.