Ni Barcelona ni Tarragona: este es el pueblo más antiguo de Catalunya con un castillo milenario

Barcelona es una ciudad donde cada calle, plaza y edificio encierra fragmentos de un pasado fascinante. A lo largo de los siglos, la capital catalana ha sido testigo de imperios, revoluciones, transformaciones urbanas y movimientos culturales que han dejado una huella imborrable en su fisonomía.

Pero no solo la ciudad barcelonesa. Los municipios de sus alrededores y de la provincia también han vivido procesos históricos y gozan de un patrimonio histórico increíble y único que contribuyen a la riqueza de Catalunya. Todos ellos se han convertido en espacios increíbles para visitar. 

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Detrás de muchas de sus fachadas se esconden relatos que van desde conspiraciones medievales hasta momentos clave de la historia contemporánea. Algunos rincones, a simple vista discretos, guardan secretos que solo se revelan a quienes se detienen a mirar con atención.

El castillo de Cardona

A tan solo una hora en coche desde la capital catalana se encuentra Cardona, considerado el pueblo más antiguo de la provincia de Barcelona.

Más allá de su impresionante patrimonio arquitectónico, este enclave esconde siglos de historia y una riqueza cultural que lo convierten en uno de los destinos imprescindibles para quienes desean sumergirse en la Cataluña más auténtica.

La festa de la Sal de Cardona Cardona Turisme

Aunque su nacimiento documentado data del 23 de abril del año 986, gracias a la II Carta de Poblament otorgada por el conde Borrell II —documento que hoy se conserva en el archivo histórico local—, Cardona ya existía mucho antes.

Los restos arqueológicos hallados en la zona revelan una presencia ibérica que vincula su origen con la riqueza natural que aún define el municipio: la Vall Salina, una fuente de poder y prosperidad que durante siglos atrajo a comerciantes, nobles y guerreros.

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Un castillo que domina el paisaje

El símbolo indiscutible del pueblo es el castillo de Cardona, construido en el año 886 por Guifré El Pilós. Esta imponente fortaleza no solo fue un bastión defensivo estratégico, sino también residencia de la poderosa familia de los duques de Cardona, considerados la segunda casa más influyente de la Corona de Aragón, solo por detrás de la realeza.

Durante la Guerra de Sucesión Española (1711-1714), el castillo protagonizó uno de los episodios más destacados de la resistencia catalana, siendo la última fortaleza que se rindió ante las tropas de Felipe V.

Hoy, sus muros siguen contando historias de asedios, nobleza y poder, consolidándose como uno de los conjuntos patrimoniales más importantes de Catalunya.

Galería interior de la montaña de sal de Cardona, un espacio natural increíble Agencias

Más allá del castillo: minas, patrimonio y tradición

Cardona no se limita a su fortaleza. Sus calles empedradas, la colegiata de Sant Vicenç y las minas de la Montaña de Sal, con galerías que alcanzan hasta 86 metros de profundidad, forman un itinerario imprescindible para cualquier visitante.

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Esta mina es única en Europa por sus formaciones geológicas y su importancia histórica, siendo una fuente de riqueza y desarrollo para la región durante siglos.

Además, el pueblo ha sabido mantener vivas sus tradiciones a través de un calendario festivo cargado de actividades culturales.

Castillo medieval de Cardona, uno de los pueblos con más historia de Barcelona Unsplash

Entre los eventos más destacados figuran el Mercado de la Ganga (en febrero y agosto), la Feria de la Sal (junio), la Fiesta Mayor (septiembre) y la Feria de la Llanega (octubre), una celebración dedicada a las setas típicas del otoño catalán.

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Un viaje en el tiempo a una Catalunya medieval

Cardona representa mucho más que un destino turístico. Es un viaje al pasado medieval de Catalunya, donde la historia, la arquitectura y el entorno natural se entrelazan para ofrecer una experiencia que combina aprendizaje, belleza y autenticidad.

Ya sea paseando por sus calles, explorando su castillo o descendiendo a las entrañas de su montaña salina, visitar Cardona es entender mejor la historia de Barcelona y redescubrir las raíces de un territorio que aún conserva su esencia original. Sin duda, un tesoro cultural que invita a ser explorado.