La plaza del Ayuntamiento de Reus en una imagen de archivo
La ciudad a menos de dos horas de Barcelona que se transforma en escenario de película con Mario Casas
El municipio se ha llenado de cámaras, vehículos policiales falsos y decorados para recrear una versión alternativa de la capital catalana
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La tranquilidad habitual de una conocida ciudad catalana ha dado paso estos días a un inusual bullicio cinematográfico. Calles convertidas en avenidas ficticias, coches patrulla creados para la ocasión y un ir y venir constante de técnicos han marcado el día a día de sus vecinos.
El motivo: el nuevo proyecto de Mario Casas para Netflix, que ha elegido este municipio, a menos de dos horas de Barcelona, para recrear una versión alternativa de la capital catalana en su próximo largometraje.
El equipo de producción lleva días instalado en la ciudad, donde varias localizaciones del centro histórico se han transformado por completo para adaptarse a las necesidades del rodaje.
Recrear Barcelona
Aunque la plataforma mantiene en secreto muchos detalles, lo que sí ha trascendido es que la película —un thriller de gran presupuesto— requiere reproducir escenarios urbanos de Barcelona, pero con una estética modificada. Para ello, la dirección artística ha encontrado en esta localidad catalana el equilibrio perfecto entre arquitectura, amplitud de espacios y capacidad logística.
El actor Mario Casas / EFE
Desde primeras horas de la mañana, los vecinos han podido observar cómo su día a día se mezclaba con el mundo del cine: calles cortadas, camiones de iluminación, operarios cargando material y figurantes circulando entre cafés y tiendas. Algunas plazas han sido decoradas con rótulos falsos y publicidad ficticia para ocultar cualquier referencia real, creando la ilusión de una Barcelona paralela. Aun así, quienes conocen bien la zona reconocen sin dificultad cada rincón bajo la capa de ficción.
Nuevo proyecto de Mario Casas
La presencia de Mario Casas ha sido, sin duda, el mayor reclamo para curiosos y fans. El actor, que atraviesa uno de los momentos más sólidos de su carrera, ha participado en varias escenas rodadas de madrugada, cuando la ciudad quedaba prácticamente vacía y el equipo podía controlar al detalle el entorno.
Su profesionalidad, comentan algunos miembros del personal técnico, ha permitido agilizar jornadas especialmente complejas, con secuencias de acción, persecuciones y un despliegue técnico considerable.
Mario Casas en una imagen de archivo / EFE
Transformación de las calles
La película, dirigida por un reconocido cineasta catalán, combina drama y suspense, y buena parte de su trama transcurre en una Barcelona reinterpretada. Esto ha exigido un nivel de detalle cuidadoso en la transformación del municipio escogido: semáforos con diseños distintos, calles rebautizadas temporalmente y fachadas modificadas para reflejar una versión más oscura y tensa de la ciudad.
Esta labor ha sido coordinada con el ayuntamiento, que ha colaborado estrechamente para minimizar molestias y garantizar la seguridad durante el rodaje.
Plaza del Ayuntamiento de Reus
A pesar de ciertos cortes puntuales al tráfico y restricciones de acceso, la mayoría de vecinos se ha mostrado entusiasmada con la experiencia. Muchos han aprovechado para asomarse discretamente a las zonas delimitadas por el equipo de seguridad, con la esperanza de ver al actor o captar algún detalle del set. Para los comerciantes, la llegada de la producción ha supuesto un incremento notable de actividad: más gente en la calle, más consumo en bares y tiendas y un ambiente vibrante poco habitual en pleno otoño.
No es la primera vez que el cine elige esta localidad, pero sí uno de los rodajes más ambiciosos que se recuerdan en los últimos años.
El antiguo Hospital de Reus en una imagen de archivo
Recupera la normalidad
Con el paso de los días, la ciudad empieza a recuperar poco a poco su aspecto habitual. Los vehículos policiales ficticios desaparecen, la señalética provisional se retira y el equipo técnico prepara su marcha. Pero queda la sensación de haber vivido algo excepcional: la transformación del día a día en un gigantesco set de rodaje y la emoción de ver a un nombre tan popular como Mario Casas convertir sus calles en el corazón de una historia para millones de espectadores.
La película aún tardará en llegar a Netflix, pero el recuerdo de esta intensa semana ya forma parte de la memoria colectiva del municipio. Cuando la cinta se estrene, los vecinos la verán con una mirada especial, reconociendo cada plano de esa otra Barcelona que nació, por unos días, en su propia ciudad.
