Uno de los ocupantes del antiguo instituto B9 se 'enfrenta' a los Mossos d'Esquadra en Badalona

Uno de los ocupantes del antiguo instituto B9 se 'enfrenta' a los Mossos d'Esquadra en Badalona Simón Sánchez

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Badalona pasa página del B9: un "símbolo" del fracaso institucional en la gestión de asentamientos irregulares

El desalojo definitivo de la nave culmina una larga batalla política y policial marcada por la presión del gobierno de Xavier García Albiol y abre la puerta a la transformación urbanística del solar

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El desalojo de la nave B9 de Badalona pone fin a uno de los principales focos de conflicto social, político y de seguridad que ha arrastrado la ciudad durante los últimos dos años y medio.

El operativo, ejecutado tras meses de preparativos y negociaciones, cierra una etapa que el alcalde, Xavier García Albiol, llevaba años señalando como una “lacra” enquistada en el municipio y que se había convertido en símbolo del fracaso institucional en la gestión de los asentamientos irregulares.

Extrema precariedad

La nave, ubicada en un enclave estratégico del término municipal, llegó a albergar a centenares de personas en condiciones de extrema precariedad.

Desalojo del B9 en Badalona este miércoles, 17 de diciembre

Desalojo del B9 en Badalona este miércoles, 17 de diciembre Simón Sánchez

A lo largo de este tiempo, el B9 fue escenario recurrente de denuncias vecinales, intervenciones policiales, incendios, problemas de salubridad y tensiones constantes entre administraciones.

Pese a ello, el asentamiento se mantuvo en pie durante varios mandatos, convirtiéndose en un problema crónico sin una solución definitiva.

Una prioridad política

Desde su regreso a la alcaldía, Albiol hizo del desalojo del B9 una prioridad política.

Lo repitió en plenos, entrevistas y actos públicos: la nave no podía seguir funcionando como un asentamiento irregular al margen de la ley.

Interior del instituto okupado en Badalona

Interior del instituto okupado en Badalona Simón Sánchez

El gobierno local vinculó de forma reiterada la existencia del B9 a problemas de seguridad y degradación del entorno, defendiendo la necesidad de una intervención “contundente, pero ordenada”.

Una desokupación con menos fuerza

El desenlace no fue inmediato. Durante meses, el Ayuntamiento trabajó de forma coordinada con otras administraciones para preparar el operativo y reducir el impacto social del desalojo.

En las semanas previas, buena parte de los ocupantes abandonaron voluntariamente la nave, lo que ha permitido que la intervención policial se haya ejecutado con una presión mucho menor de la prevista inicialmente.

Mano dura

Con el cierre definitivo del B9, el ejecutivo de Albiol logra una de sus principales victorias simbólicas del mandato.

El alcalde cumple así una promesa largamente reiterada y refuerza su discurso de mano dura contra los asentamientos ilegales, un relato que le ha acompañado durante años y que forma parte central de su identidad política en Badalona.

Un ocupante abandona el instituto B9 en Badalona

Un ocupante abandona el instituto B9 en Badalona Simón Sánchez

Una futura comisaría

Pero el desalojo no es solo el final de un problema: también marca el inicio de una nueva etapa para el solar. El futuro del terreno ya está sobre la mesa.

El Ayuntamiento prevé impulsar un proyecto de transformación urbanística que permita recuperar el espacio y darle un uso acorde con la planificación de la zona, alejándolo definitivamente del abandono y la marginalidad que han marcado los últimos años.

Por ello, está planificado que se construya una comisaría mixta de Mossos d'Esquadra y Guardia Urbana. Un proyecto que costará más de medio millón de euros que prevé retirar restos de amianto antes de demolerlo por completo.

Fin de una etapa

El gobierno municipal insiste en que la operación no se limita a vaciar una nave, sino a evitar que el problema se reproduzca.

Un ocupante en el interior del instituto B9 de Badalona antes del desalojo

Un ocupante en el interior del instituto B9 de Badalona antes del desalojo Simón Sánchez

La vigilancia del espacio y la ejecución del proyecto previsto serán claves para que el B9 no vuelva a convertirse en un símbolo del descontrol urbano.

Con el asentamiento desmantelado, Badalona cierra uno de los capítulos más incómodos de su reciente historia política y urbana. Un episodio que ha tensionado la ciudad durante más de dos años y que ahora el ejecutivo local da por superado, con la mirada puesta en la reordenación del espacio y en un mensaje claro: el B9 no volverá.