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Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985) afronta un nuevo reto en su carrera deportiva. La piloto sumará su 16ª edición en el Rally Dakar a los mandos de un Ebro 4x4 oficial. La piloto del pequeño municipio del Baix Llobregat sumará una nueva edición con un ambicioso proyecto de la mano de la renovada marca ubicada en la Zona Franca. "Una marca de casa con una piloto de casa", como ella misma afirma en conversación con Metrópoli. 

Hablar de Laia Sanz es hacerlo de una de las grandes referencias del deporte español. Catorce veces campeona del mundo de trial y seis de enduro, su nombre está ligado de forma indisoluble al Dakar, donde ha construido un legado difícilmente igualable: once victorias en la categoría femenina y más de una década compitiendo al máximo nivel en una de las pruebas más duras y exigentes del planeta.

Tras dominar la carrera sobre dos ruedas entre 2011 y 2021, dio el salto a los coches, primero con Mini, iniciando una nueva etapa deportiva. 

Ahora, con Ebro, Sanz asume un rol clave dentro de un proyecto joven, con poco rodaje pero con grandes aspiraciones. La falta de tiempo para preparar el debut contrasta con la ilusión, la motivación y la experiencia acumulada por una piloto que afronta el Dakar con la prudencia de quien conoce sus trampas, pero también con la ambición intacta de seguir creciendo.

Laia Sanz rodando con el coche de Ebro en el desierto Laia Sanz

Liderar el regreso de una marca histórica y hacerlo en la categoría reina añade una presión extra a un reto que Laia Sanz encara, una vez más, con la naturalidad de quien ha convertido el Dakar en una forma de vida.

Llegas a esta temporada con un 4x4 en categoría T1, la reina en coches del Dakar. ¿Cómo has preparado la pretemporada de esta edición y en qué se ha diferenciado de las anteriores?

Ha habido una diferencia importante: he podido probar más el coche que otros años. He podido ir a hacer el Rally de Marruecos. La mejor forma de entrenar es haciendo carreras. Fue muy positivo poder cerrar todo el proyecto para este año, pero hemos tenido poco tiempo. Hacer Marruecos y algo de test ha sido muy importante. Es un proyecto que me ilusiona mucho. Hemos tenido poco tiempo, pero de cara al futuro seguro que podremos hacer buenas cosas.

Has hablado de la falta de rodaje. ¿Cómo se afronta esta participación en el Dakar partiendo de un proyecto tan nuevo?

Con mucha ilusión. Debemos ser conscientes de que es un equipo muy nuevo y joven, pero también podemos compensarlo un poco con la experiencia que tenemos tanto Gerry como yo. Trabajamos muy bien juntos.

¿Qué significa que una marca como Ebro apueste por ti para su nuevo proyecto?

Es muy ilusionante que una marca de casa apueste por una piloto de casa. Es un proyecto con gente de aquí. Será muy chulo. Este año hemos tenido poco tiempo para trabajar, pero con el año que tenemos por delante, el próximo Dakar llegaremos mucho mejor preparados. Me ilusiona mucho ver las ganas y la motivación que tiene todo el mundo en Ebro.

El coche del Dakar de Laia Sanz en una imagen de archivo Ebro

Ebro ha apostado por entrar como equipo oficial con un proyecto ambicioso a tres años vista. Audi, con Carlos Sainz consiguió el triunfo también tras tres participaciones ¿Hay opciones de ganar el Dakar?

Ahora mismo son palabras mayores. Debemos ir paso a paso. Este año el objetivo es terminar. Obviamente, lo más adelante posible, porque yo me pongo el casco y soy competitiva. Pero debemos ser conscientes de que es un primer año. A mí me falta también mucho rodaje. Cuando tengamos oportunidad de realizar carreras durante el año y de mantenerme todo el año sobre el coche, se notará mucho. Voy a mejorar mucho, pero paso a paso. Tengo ganas de evolucionar el coche y en un futuro ver hasta dónde somos capaces de llegar.

¿Es el gran proyecto de tu carrera deportiva?

En coches sí. Correr el Extreme E con Carlos Sainz fue también algo brutal. Ahora tener esa oportunidad también es muy bueno. He tenido proyectos buenos en motos, he corrido tanto en Honda como con KTM de forma oficial, pero es el primer proyecto grande que me llega en coche. Me hace mucha ilusión.

A pesar de no ser nueva en el Dakar, ¿hay nervios antes de empezar?

Siempre los hay. Cada año hay un objetivo diferente y algo que hace que sea único. A pesar de ser mi 16º año ya, el hecho de ir con un proyecto nuevo, con una oportunidad muy buena, con un equipo que me motiva mucho y con una marca de casa, es también una gran responsabilidad. Hay nervios, pero es más bien los días antes. Una vez allí, con las verificaciones y probando el coche, ya baja un poco todo. Pero es sobre todo hasta que no coges el avión. Existen muchos temas previos de preparaciones y logística a tener en cuenta. Yo una vez estoy allí me relajo.

Laia Sanz junto con el prototipo de Ebro para el Dakar Ebro

¿Qué significa el Dakar para ti?

Es mi vida. No sólo es competición y deporte, sino que al final es una forma de vivir. Para la mayoría de los que estamos aquí, nuestra vida gira un poco en torno a esta carrera. Haces las cosas durante el año pensando en Dakar. Vives pensando en el Dakar.

El año pasado una polémica descalificación de la FIA te obligó a retirarte de la competición. 

Me dejó muy mal sabor de boca. Fue un batacazo fuerte. Era consciente de que tarde o temprano me tocaría volver a casa porque haber terminado tantos Dakars seguidos no es lo normal. Pero llegó de un modo algo cruel. Volver así a casa fue muy duro, pero en ocasiones estas cosas hacen que salgan nuevas oportunidades. Con Ebro empezamos a hablar muy temprano este año, volviendo del Dakar. A veces, las cosas malas pasan por algo y debe haber de todo. En la carrera de un deportista, hay momentos buenos y malos. Aprendes mucho también de estos malos momentos y luego se valora más cuando las cosas salen bien.

Desde tu paso a los coches, siempre has ido acompañada de Maurizio Gerini. ¿Cómo es la conexión con él?

Sí, esto siempre. Estoy muy contenta porque con Maurizio, nos entendemos mucho. Fue una buena elección en el primer año. Nos entendimos mucho. Somos personas fáciles que nos cuesta poco trabajar en equipo y que nos entendemos. No sólo necesitaba un buen copiloto, sino alguien con quien te entiendas. Al final pasas 15 días, 24 horas juntos. Debes tener plena confianza mutuamente, porque yo debo confiar en lo que él me dice y él también con mi conducción. Todo está en nuestras manos y existe muy buena confianza. Hay momentos incluso en broma y pasárnoslo muy bien.

El coche del Dakar de Laia Sanz en una imagen de archivo Ebro

¿Cuáles crees que serán las etapas clave o más difíciles de este Dakar?

Hay de todo. A veces todo el mundo tiene muy marcada una etapa y después resulta que otra que parecía fácil, todo el mundo se ha perdido o todo el mundo ha tenido problemas. Debemos estar cada etapa pendientes. Seguramente la segunda etapa ya apretará muy fuerte porque pinta que habrá muchísima piedra. Aunque haremos ese pit stop, será una etapa de regular un poco. Habrá de todo. A pesar de que no vayamos al Empty Quarter, habrá etapas de arena muy difíciles. No tengo ninguna etapa marcada. Para mí, las más fáciles de tener problemas o que deben tenerse un poco más en cuenta son las etapas maratón. No tienes asistencia al final del día y allí hay que pensar más en la mecánica y en regular un poco más los esfuerzos.

Con tantos años de experiencia, ¿se aprende a controlar los nervios en las diferentes situaciones que surgen?

Sí, porque al final has vivido muchos tipos de situaciones y puedes prever algo lo que puede pasar. Pero siempre hay sorpresas. A pesar de llevar tantos años, siempre ocurren cosas que nunca te habían pasado. Pero está claro que las cosas que te han ido pasando, las mejoras. Cuando has tenido problemas te hace ser mejor y te hace estar más pendiente de ciertas cosas, pero cada año aprendes.

La piloto barcelonesa Laia Sanz con Ebro Ebro

Has corrido el Dakar en Sudamérica y Arabia Saudí. ¿Con cuál te quedas?

Arabia está muy bien en cuanto a terreno y la parte deportiva. Tenemos mucha arena, algo que quizás en Sudamérica echábamos un poco de menos. De Sudamérica se echa mucho de menos la gente, el público. Arabia es más o arena o piedra, no hay punto medio. En Sudamérica teníamos barro, la altura, lugares más endureros, y mil tipos de etapas diferentes. Lo hacía algo más variado. Arabia quizá sea algo más monótona.

Como mujer, ¿cómo ves el progreso que se ha hecho en el mundo del motor, especialmente en Catalunya?

Es algo de lo que me siento muy orgullosa, porque cuando empecé era un poco una guindilla rara, incluso el Dakar. Cuando empecé éramos tres o cuatro chicas con todas las categorías cada año. El año pasado o hace dos años éramos 50 y pico. Ves en el Bivouac que las chicas no sólo están en prensa o como fisioterapeutas, sino que están cogiendo roles importantes en los equipos. Me alegra mucho ver ese camino que hemos hecho. Siento que en algo habré ayudado. Me alegra verlo. En Catalunya cada vez hay más chicas haciendo trial y enduro. De alguna manera tienen el camino algo más fácil. Aunque no lo es, pero es algo más fácil de lo que yo tuve.