El principal espacio verde del Baix Guinardó se ha convertido en todo un quebradero de cabeza para los vecinos. El Parque de les Aigües es el foco de preocupación, por el descontrol que se llega a vivir en su interior.

El incivismo no deja de ir en aumento, y la inseguridad ya está presente en un recinto sobre el que las quejas no dejan de multiplicarse sin que el Gobierno municipal reaccione para recuperar la tranquilidad en el barrio.

BOTELLÓN

Enric Buscarons, presidente de la Asociación de Vecinos del Baix Guinardó, lamenta la inacción municipal pese a las constantes protestas. “Llevamos quejándonos casi dos años, no queremos que el problema se nos escape de las manos” expresa.

Pese a querer evitar problemáticas de inseguridad, éstas ya han llegado al parque. En este sentido, el portavoz vecinal explica que en el recinto “se juntan grupos de chicos y chicas de corta edad que forman bandas". Además, argumenta que en numerosas ocasiones aprovechan el parque para hacer botellón”.

Buscarons asegura que ha recibido quejas de muchos vecinos, ya que estas molestas reuniones se han convertido en una constante que no deja de arrastrar otros problemas como peleas ocasionales y otros desencuentros. Ni las diversas denuncias de los residentes a la policía barcelonesa consiguen detener la situación: “La Guardia Urbana dice que ya no da abasto”, afirma el presidente.

CIERRE DEL PARQUE

Para poner freno al conflicto, Buscarons explica que la asociación ha pedido reiteradamente que se establezca una hora fija para el cierre del parque, que según la web del consistorio son las 22.00 horas pero que “no se cumple”. También preocupa la apertura, que quieren evitar que se lleve a cabo demasiado temprano.

Interior del parque de les Aigües / AJ BCN



Además, recuerda que en horario nocturno el parque no dispone de “suficiente iluminación”, lo que facilita que los jóvenes “se escondan de la Urbana” cuando algún vecino contacta con la policía barcelonesa.

TOQUE DE QUEDA

El presidente de la asociación explica que los vecinos temen sobre qué puede pasar cuando “se acabe el toque de queda”, ya que puede suponer un incremento del incivismo y la inseguridad: “No queremos que esto se nos escape de las manos, sino cuando acabe el toque de queda será un desmadre”, señala.

Para evitar llegar a este extremo, pide que el Ayuntamiento haga algo después de dos años de reivindicaciones que tan solo han recibido como respuesta la inacción municipal.

Al cierre de esta edición, el Ayuntamiento no ha dado respuesta sobre si la Guardia Urbana tiene constancia de los conflictos y si está prevista algún tipo de acción para acabar con los problemas en el parque.

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