Miedo y asco en el Baix Guinardó. El barrio barcelonés ha experimentado una decadencia en los últimos años que ha llegado a puntos insostenibles, según denuncian vecinos de la zona. Viven rodeados de suciedad, de plagas, con una delincuencia disparada y con problemas de movilidad.

Según han asegurado a este medio fuentes vecinales, es un barrio que cada vez está más sucio. "El olor es insoportable hasta el punto en el que, viviendo en un tercero, hay que cerrar las ventanas por el olor que emanan los contenedores situados a 40 o 50 metros", explica un vecino.

Y es que si algo brilla por su ausencia en el barrio es la limpieza. Según comentan a Metrópoli, hasta hace unos años, unos pequeños camiones se desplazaban por las aceras del barrio, limpiándolas de excrementos con aguas tratadas que quitaban el olor. Ahora, a veces "pasa un camión cisterna que debe tener el agua sin tratar, porque a veces se ha quedado impregnado un olor parecido al de pescado por todo el ambiente".

Un contenedor en el Baix Guinardó lleno de basura / CEDIDA

Además de oler casi peor cuando pasan los camiones de limpieza, algo parecido ocurre con los contenedores. Por todo el barrio pueden verse los contenedores llenos, sin vaciar, así como también restos de comida, plásticos y otros materiales tirados por el suelo de las calles. Comentan que los contenedores hacen de las zonas en las que se encuentran instransitables por "lo vomitivo" de su olor. Además, no aparece nadie para limpiar.

"Solo cuando llamas al Ayuntamiento o interpones una queja en su página web mandan a operarios para desinfectar los contenedores, que no vuelven a aparecer hasta que se les vuelve a llamar. El problema es que solo le echan de ese agua, por lo que, aunque los vacíen, sigue oliendo", detallan. Se trata de una realidad enquistada que se ve potenciada por el sol de agosto y las altas temperaturas.

Un retrete apoyado en un árbol en el Baix Guinardó / CEDIDA

CHAPUZAS EXPRÉS

Según algunos vecinos, el Ayuntamiento detectó, en la calle de Francia, una cloaca obstruida, lo que podía desencadenar problemas de higiene y salubridad por todo el barrio. La solución ideada por el consistorio fue la de poner un conducto, tapado con cemento, que hiciera una suerte de trasvase de las aguas residuales de la zona obstruida a una cloaca en mejor estado. El conducto se encuentra a ras de suelo, lo que ha supuesto un problema para las personas con movilidad reducida. "Una persona en silla de ruedas no puede pasar sola sin ayuda y una persona invidente puede fácilmente tropezarse", comentan. 

Imagen de la obra de trasvase de aguas residuales de la calle de França / CEDIDA

Pero además, están las filtraciones. Y es que el conducto, que a simple vista parece que debe tratarse de una tubería o manguera recubierta con cemento, ha empezado a emanar filtraciones que se extienden por toda la acera, extendiendo el hedor por la zona.

PLAGAS

Cuando se mezclan en Barcelona el calor, la suciedad, el hedor y los restos de comida, rara es la ocasión que no se ven cucarachas y ratas. Esta no es una excepción. Siempre según estas fuentes vecinales, los inquilinos de la zona han detectado nidos o, cuando menos, un gran número de ratas y cucarachas debajo de los contenedores o saliendo de las rejillas de las cloacas. También han detectado madrigueras de ratas en las grietas de los alcorques, es decir, los huecos de los árboles de las calles.

Ante la inacción del gobierno municipal, han tenido que ser los vecinos los que tomen sus propias medidas, como poner botellas u obstáculos para impedir que los roedores o insectos puedan entrar o salir de los alcorques.

Un alcorque de un árbol en el Baix Guinardó con una botella que bloquea la grieta donde anidan insectos y ratas / CEDIDA

Con las ratas y las cucarachas campando a sus anchas, el hedor expandiéndose, las calles llenas de excrementos, orines, restos de comida y un servicio de limpieza ineficaz temen que "esto acabe desembocando en un problema de salud pública", alertan.

DELINCUENCIA EN AUGE

El Baix Guinardó no solo sufre de la suciedad. También tiene que hacer frente a la delincuencia. En los últimos cinco años se han multiplicado el número de delitos. Los vecinos tienen miedo pues han pasado de vivir en "un barrio tranquilo y agradable" a un lugar en el que hay que ir con cuidado de que "no te peguen un tirón".

Asimismo, ha aumentado el número de okupaciones "de la mano de mafias" que recurrentemente patrullan las calles en busca de pisos vacíos para meterse en ellos y pinchan la luz, denuncian fuentes vecinales.

Filtración de aguas residuales en el Baix Guinardó / CEDIDA

Los vecinos también se sienten desamparados pues, en conversaciones con los Mossos d'Esquadra, la única respuesta que han recibido por el momento es que "estén tranquilos".

MOVILIZACIÓN VECINAL

Hartos de la constante y gradual degradación del barrio, los vecinos comenzaron, el pasado diciembre, a movilizarse para atraer la atención de las autoridades con el objetivo de encontrar una solución al problema. Desde entonces, han llevado a cabo varias campañas a través de las redes sociales, han organizado caceroladas, han convocado manifestaciones, interpuesto quejas ante el Ayuntamiento y se han congregado en reuniones vecinales en las que elaborar y plantear soluciones para mejorar la situación del barrio.

También se han unido a esta particular batalla los comerciantes de la zona, que se han unido para enviar quejas de forma coordinada al consistorio. Todavía siguen esperando a que el gobierno que lidera Ada Colau tome cartas en el asunto.

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