El barrio de la Font d’en Fargues es algo así como el Pedralbes de Horta. Se urbanizó a partir de 1905, empezando por las tierras de la masía de Can Pujol y por iniciativa de Pere Fargas Sagristá, que tenía en mente la creación de una ciudad jardín. Fargas, de quien toma su nombre el barrio, promovió también la construcción de torretas en 1915, de manera que puso su granito de arena para convertir el barrio en lugar de veraneo de la burguesía barcelonesa.
Así, este pequeño oasis, entonces relativamente apartado de la ya entonces asfixiante Barcelona, acabó albergando en sus casas unifamiliares a familias de industriales de renombre, periodistas ilustres y algún que otro negociante acomodado… Como Josep Fabré Gurri, comerciante de pescado y marisco del Mercat del Born. No, no debían irle nada mal las cosas a Fabré cuando, en 1912, encargó al maestro de obras Eusebi Climent Viñolas la construcción de una vivienda unifamiliar con jardín, en la esquina de Pedrell con la avenida de la Font d’en Fargues, justo delante del Casino de Horta (hoy, Casal de la Font d’en Fargues), inaugurado 16 años después, en 1928.
MODERNISMO POPULAR
Climent Viñolas proyectó en una parcela en forma de porción de pizza, una casa que seguía los esquemas más repetidos del modernismo popular de principios del siglo XX. Una muestra más de que en el modernismo también tiene cabida la sencillez sin ostentaciones y que la modestia no está reñida con la elegancia.
La fachada es simétrica y presenta en la parte que da a la entrada principal un balcón corrido con barandilla de piedra que sobresale en la parte central, en línea con la puerta adelantada. La decoración de las ventanas y de los respiraderos, concentrada en los dinteles, a base de relieves escultóricos de temática vegetal, son claramente modernistas, como su coronamiento sinuoso. Desde la acera de enfrente, llaman la atención la puerta exterior de hierro forjado y, en lo alto, en el hastial y en los extremos, tres enormes piñas escultóricas.
CASA MANELA
No, este no es el único ejemplo de este modernismo popular en todo el barrio. Sin ir más lejos, en el número 55 de la calle Pedrell, sale al paso Casa Manela (1907), con un coronamiento poco habitual en forma de gran tímpano semicircular. O la casa del número 71 (1918), con su balcón semicircular poco habitual y enmarcado en un modernismo ya en declive.
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