Un barrio descrito por sus vecinos como "tranquilo" y "familiar". Así describen al Carmel, la zona con mayor población migrante andaluza de Barcelona y uno de los mayores baluartes del PSC en la capital catalana. Los socialistas han mantenido históricamente una hegemonía en el barrio que, sin embargo, podría desplazarse hacia otras formaciones debido a las crisis que ha atravesado en los últimos años, donde los problemas de inseguridad, la limpieza, la movilidad y los botellones en los búnkeres, ubicados en el Turó de la Rovira, están a la orden del día.
Los de Jaume Collboni se hicieron con el liderazgo del barrio de una forma más que holgada en las pasadas elecciones de 2019. Tan es así que obtuvieron el 32,2% de los votos. Por detrás les siguió Barcelona en Comú, que aglutinó el 21,5% del apoyo en el barrio. Yendo a formaciones menos votadas, C's obtuvo el 14,3% de los apoyos, ERC ostentó el 14%, el PP un 6,4%, Junts el 3,5%, la CUP un 2,8% y Vox un 1,3%.
Metrópoli ha salido a la calle a preguntar a los vecinos de El Carmel por su valoración de la gestión municipal y para conocer por qué opciones se decantarán el 28 de mayo. El sentir general obtenido por este medio es que los vecinos reclaman volver a la tranquilidad que ha caracterizado siempre al barrio.
SUCIEDAD, INSEGURIDAD Y BOTELLONES
A lo largo de los últimos meses, varias asociaciones de vecinos han clamado contra el gobierno municipal por las problemáticas que azotan el barrio. La masificación turística, siempre orientada a los miradores de las antiguas baterías antiaéreas, ha sido el germen del fin de la tranquilidad en el vecindario. Durante los últimos años, la cantidad de visitantes ha desembocado en una obstrucción del tráfico debido a la cantidad de taxis y VTC. Los buses van siempre atestados, por lo que los vecinos se quedan fuera del transporte público en un barrio particularmente vertical.
Alrededor de los búnkeres se ha concentrado la suciedad, los botellones y las fiestas hasta altas horas de la madrugada, impidiendo el descanso de los habitantes. Tan es así que el Ayuntamiento ha acabado reforzando la vigilancia policial y ha vallado la zona de los miradores. La situación en las últimas semanas se ha relajado, pero todavía se cuelan grupos de jóvenes en el recinto cada noche.
Buena parte de las encuestas electorales prevén un triple empate técnico entre Colau, Trias y Collboni, lo que obligará a la constitución de alianzas para liderar la capital catalana durante los cuatro próximos años.