Barcelona cuenta con un amplío abanico de miradores. Uno de ellos, un espectacular puente de más de 260 metros de altura, es desconocido para muchos vecinos. Se trata del puente de Mühlberg, una construcción que conecta la calle con el mismo nombre y el parque del Guinardó (barrio de Can Baró).
Cuenta con 70 metros de largo y se construyó en 1991. Fue un hito en la ingeniería y arquitectura local, ya que se levantó una estructura metálica en tan solo una semana de la mano del arquitecto municipal Ignacio de Lecea y Flores.
Es una gran alternativa al mirador de los Búnkers del Carmel, habitualmente frecuentado por turistas. Además, se encuentra muy cerca de la construcción de la montaña del Carmel.
Papel crucial en la movilidad
Este puente, aunque no es tan reconocido como otras construcciones emblemáticas de la ciudad, tiene un papel crucial en la movilidad y la conexión entre diferentes áreas de la ciudad.
Cómo llegar en metro
Visitar el puente Mühlberg es bastante sencillo utilizando el transporte público. Una opción común es coger el metro hasta la estación de Alfons X (línea amarilla), desde donde se puede caminar unos quince minutos hasta llegar al puente. También se puede optar por coger autobuses que pasen cerca de la zona, como el 39 o el 119, que ofrecen paradas cercanas al puente y facilitan el acceso desde diferentes puntos de la ciudad.
Una vez en el Puente Mühlberg, los visitantes pueden disfrutar de las vistas del Parque del Guinardó y los alrededores, así como de la impresionante estructura metálica que lo caracteriza.