Barcelona tiene uno de los mejores miradores del mundo (y no es el de los Búnkers)

Una opción excelente para los residentes de Barcelona es visitar un mirador, lo que permite apreciar cada aspecto de la ciudad desde una perspectiva elevada. Aunque el mirador más famoso de la capital catalana es el de los Búnkers del Carmel, existe otro que lo supera, considerado uno de los mejores miradores del mundo, según la plataforma de viajes Omio.

Se trata de la Torre de Collserola, conocida popularmente como el "pirulí" de la montaña barcelonesa. Este icono arquitectónico ha causado impresión desde su construcción y ahora figura en este destacado ranking.

Uno de los miradores más caros de la lista

A diferencia de otros miradores de la ciudad, como los Búnkers, que son de acceso gratuito, la Torre de Collserola no es precisamente económica. De hecho, es el segundo mirador más caro de la lista. El precio de entrada es de 5,60 euros, solo superado por el Cristo Redentor de Río de Janeiro, que tiene un coste de 13,41 euros.

Mirador de la Torre de Collserola TORRE DE COLLSEROLA

Por encima de la Torre de Collserola se encuentran el Top of Africa en Johannesburgo, el Istanbul Sapphire, la Torre Panorâmica de Curitiba en Brasil, la Torre de Televisión de Riga en Letonia, la Torre de Cairo en Egipto, la Torre de Televisión de Avala en Belgrado, Serbia, la Catedral de San Bartolomé en Pielsen, República Checa, y el mencionado Cristo Redentor.

Vistas panorámicas en Barcelona

Barcelona cuenta con varios miradores impresionantes que ofrecen vistas espectaculares. Entre ellos se encuentra la Sala Mirador del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), ubicada en el quinto piso del edificio. Desde su azotea se pueden disfrutar de panorámicas del mar, el Gòtic, el Raval, Montjuïc, el Tibidabo y La Torre de Collserola.

A estos se suman otros puntos de interés como la Basílica de Santa Maria del Pi, el Parc Güell, el mirador frente al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), el Castillo de Montjuïc y los Jardines del Mirador de l’Alcalde.