La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha criticado las prisas con las que se ha convocado el referéndum del 1 de octubre y ha señalado que no pondrá en peligro a los funcionarios municipales para que participen en la convocatoria del gobierno catalán, según ha declarado en una entrevista a El Periódico.
La alcaldesa de Barcelona, quien ha pedido ser cauta hasta conocer los detalles del referéndum que se supone que se conocerán este martes, sostiene que "parece difícil que en tan poco tiempo se den todas las garantías para celebrar un buen referéndum" y asegura que el hecho de que el concurso para la compra de las urnas haya quedado desierto "no da mucha confianza".
Para Colau, la responsabilidad del bloqueo de la situación es del "inmovilismo" del PP, que dice que "criminaliza la opción democrática del referéndum", pero recuerda que "el deber de todos los que gobiernan es evitar el choque institucional" y que "se gobierna para todos, no solo para los que te han votado, y eso te obliga a buscar acuerdos y el máximo consenso".
En este sentido, aboga por un referéndum "efectivo, con garantías y al que todo el mundo se sienta llamado" y reconoce que con el Gobierno del PP "no es nada fácil".
"No engañemos a la población: el objetivo no es sencillo. La crisis del modelo autonómico es irreversible, pero no se puede precipitar cuando no depende solo de ti", sostiene Colau, que entiende "la impaciencia de algunos, porque el bloqueo del PP es exasperante, pero tirar millas con el referéndum no es eficaz".
Respecto a las críticas de "indefinición" respecto al proceso que recibe su formación, Colau asegura que "le hacen gracia, porque insisten en que nos definamos porque no les gusta nuestra respuesta, pero estamos más definidos que nadie; apoyamos el derecho a decidir (...) y estamos de acuerdo en hacer un referéndum".
Asegura que lo que hará vinculante el referéndum no será el resultado, sino las garantías y el reconocimiento internacional. "Lo más importante es que la mayoría de la ciudadanía catalana y todas las opciones se sientan igualmente llamadas a participar. No nos hagamos trampas: si se trata de movilizar sólo a una opción, esto ya lo vimos el 9-N. Sería una movilización legítima, y nosotros nunca seríamos un obstáculo, pero sería la movilización de una opción".
Colau asegura que "como alcaldesa no pondré en peligro la institución ni a un solo funcionario que pueda hallarse en una situación de riesgo o de compromiso. Puedo decir firmemente que esto no se producirá. El ayuntamiento estará encantado de facilitar la participación, en un referéndum o en otras movilizaciones, pero si hay inseguridad o incertidumbre jamás pediré a ningún funcionario público que se ponga en una situación comprometida".
La alcaldesa, que reitera que no es ni nacionalista ni independentista, afirma que "sin conocer los detalles nuestro espacio político no puede valorar de qué estamos hablando el 1 de octubre" y, aunque votó "sí-sí" el 9-N, asegura que su voto "iba contra el inmovilismo del PP y exigía otra relación política con el Estado".