El 1-O ha paralizado la agenda municipal y ha activado algunos acuerdos secretos. El más importante ha sido el pacto entre Oriol Junqueras, vicepresidente de la Generalitat, y Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. Colau se posicionó a favor del referéndum a cambio del compromiso de los republicanos de apoyar el proyecto del tranvía por la Diagonal, según fuentes próximas a ERC.
El referéndum era el gran objetivo de ERC y del PDeCAT, su socio en Junts pel Sí. Los dos partidos independentistas necesitaban el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona. Una declaración favorable de Colau tendría un gran impacto, aunque recalcara que no es independentista y que abogaba por una solución pactada con el Estado.
En Barcelona en Comú conviven distintas sensibilidades. No todos los concejales, por ejemplo, estaban, inicialmente, a favor del referéndum, tal como estaba planteado por el Govern. Y, mucho menos, sobre su intención de voto. El sector procedente de Iniciativa, simbolizado en la figura de Laia Ortiz, es el más contrario a la independencia. Entre los partidarios, destaca Jaume Asens.
LA POSTURA DE LA CUP
Colau se posicionó al lado de Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, y ahora espera que las formaciones independentistas den luz verde al tranvía. Cuesta visualizar el respaldo del PDeCAT, que podría moderar su rechazo inicial, pero la alcaldesa de Barcelona cuenta con el apoyo de ERC para que prospere su proyecto más ambicioso de esta legislatura.
Hace unos meses, el presidente municipal de ERC, Alfred Bosch, cuestionó su apoyo al tranvía por la Diagonal. “No queremos el tranvía de Colau, pero estamos dispuestos a trabajar por el tranvía de Barcelona. Debe ser un proyecto sólido”, declaró Bosch.
La CUP, por su parte, dará luz verde o rechazará el tranvía por la Diagonal en función de la fórmula utilizada para su gestión.