El círculo más íntimo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha cerrado filas para que desoiga la oferta del PDeCAT y de ERC y siga manteniendo el pacto con el PSC, según ha podido conocer Metrópoli Abierta de fuentes municipales. Tanto el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, como la tercera teniente de alcalde, Laia Ortiz, como la concejal Gala Pin se han mostrado a favor de mantener los actuales compromisos y que se no se deje “engatusar” por los independentistas.
Los líderes del PDeCAT y de ERC presentaron este martes por la mañana una propuesta de pacto En el documento firmado por los dos líderes opositores, proponían a Colau “dar apoyo a las instituciones catalanas, especialmente a la Generalitat y al Parlament” y “rechazar la aplicación del articulo 155 de la Constitución”. También figuraba una condena explícita al encarcelamiento de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, presidentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural respectivamente y realizar un llamamiento a la ciudadanía “para seguir defendiendo pacíficamente sus derechos, libertades e instituciones”. Este último punto sería la incorporación oficial de los comunes a todas las movilizaciones pro independencia, incluidas las que están a favor de la DUI, que la propia alcaldesa ha rechazado por activa y por pasiva en varias ocasiones.
Dentro de Barcelona en Comú (BeC), Ada Colau también tiene una fuerte presión que parte de un sector liderado por el teniente de alcalde Jaume Asens, más cercano a la CUP que a los comunes. Pero también es cierto que en BeC confluye ICV, cuyos representantes prefieren como socios a los socialistas antes que a ERC y el PDeCAT. Para rebajar la tensión, la alcaldesa trasladó a las bases de su partido la decisión de aprobar si se ha de romper o no con el PSC.
EL PROBLEMA INTERNO
“Colau no las tiene todas consigo. No hay que olvidar que en la consulta que hizo sobre el referéndum, el 40% de sus bases votó a favor de que no se movilizase la formación a favor de la consulta. Y ése es un porcentaje muy notable. En su partido hay mucha gente que no comulga con el independentismo y ella lo sabe”, señalan las fuentes consultadas.
Pero lo cierto es que hay un peligro real de que el acuerdo con el PSC se diluya a corto plazo. Desde las filas socialistas –el propio Jaume Collboni, segundo teniente de alcalde lo ha reconocido- se afirma que el pacto no se romperá por decisión de este partido. “Somos el último puente de un gobierno transversal en Cataluña, un espacio de diálogo”, arguyen los socialistas. Además, tanto Collboni como su jefe de filas, Miquel Iceta, líder del PSC, reconocen públicamente que si el PSC deja el equipo de gobierno municipal “sería entregar la ciudad de Barcelona al independentismo”.
CAMBIO DE CROMOS
Pero nada es seguro en las actuales circunstancias: la oferta de PDeCAT y de ERC tiene una segunda lectura: la sesión en la que tenían que haberse abordado las ordenanzas fiscales no se celebró, por lo que se tendrán que abordar próximamente. Y los presupuestos del año que viene están también en el aire.
Si Colau transige y deshace su acuerdo con el PSC, tendrá vía libre para aprobar sus presupuestos y las ordenanzas fiscales con sus nuevos socios. “Puede arrojarse a sus brazos, pero ha de tener en cuenta qué le pueden decir sus propios votantes, que en su gran mayoría no comulgan con el independentismo. A ver cómo lo explica luego en los barrios periféricos de Barcelona, como por ejemplo Nou Barris, donde fue votada masivamente”, señalan fuentes municipales.
La oferta de los independentistas, no obstante, contó con una ausencia notable: la de la CUP. Es cierto que los secesionistas no consiguen consolidar un frente común en el pleno municipal, pero en esta ocasión los cuperos se enteraron de la pinza de PDeCAT y ERC por la prensa. “Nosotros estábamos debatiendo si dar apoyo a BeC al romper con el PSC, aunque nuestro apoyo es pequeño, por los pocos concejales que tenemos. Ese apoyo sería a una formación con la que tenemos algunas cosas en común y partiendo de la base de que las ciudades son pequeñas repúblicas presidencialistas”.
A la CUP, si la pinza le sale bien a los otros dos rivales, le salen incluso las cuentas. “Nosotros quedaremos como la oposición dura, mientras que ERC se implicará como gobierno y el PDeCAT quedarádesactivado”, argumentan. Habrá que ver si pronto pueden confirmar esa teoría o si, por el contrario, la pinza independentista refuerza los lazos entre BeC y PSC.
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