El procés ha afectado a la actividad económica de Barcelona, con caídas en el sector turístico y del ocio, por ejemplo. De la misma manera, también ha mermado su actividad política, con la suspensión de plenos, comisiones y consejos de barrio.
La pinza independentista ha conseguido bloquear el normal funcionamiento del Ayuntamiento y los distritos durante el mes de octubre, cuando se debía recuperar la actividad municipal tras el parón estival. Los consejos de barrio convocados para la semana posterior al 1-O fueron desconvocados y el pleno municipal se ha ido aplazando.
En total, se ha suspendido hasta cinco veces el pleno municipal, se han cancelado cuatro comisiones y se han retrasado cinco consejos de barrio. En cambio, sí que se ha celebrado un pleno extraordinario del Ayuntamiento de Barcelona, el pasado jueves, para debatir una moción de condena a la aplicación del artículo 155 de la Constitución y para pedir la libertad de los Jordis.
En ese mismo pleno, no se llegó a debatir la moción presentada por el PSC contra la DUI. La negativa del resto de partidos, a excepción de BCNenComú, que no apreciaron la urgencia, impidió que el gobierno de la ciudad defendiera su propuesta.
PLENO SUSPENDIDO
El viernes de la semana pasada debía celebrarse el pleno ordinario del consistorio, que finalmente se canceló por la inminencia de la declaración de la República Catalana. Los grupos independentistas -PDeCAT, ERC y la CUP- anunciaron que no asistirían, por lo que se optó por retrasarlo a este jueves.
Según informa Crónica Global, Ada Colau se reunió la semana pasada con los líderes del PP y C's en el consistorio, Alberto Fernández Díaz y Carina Mejías, para transmitirles su compromiso con el desarrollo normal de la actividad municipal. Los partidos de la oposición habían mostrado sus quejas por la interrupción de los plenarios por motivos ajenos al propio Ayuntamiento. Tanto PP como C's pidieron a la alcaldesa que se olvidara del procés y se dedicara a gobernar Barcelona, a gestionar los problemas reales de la ciudad.