La tensión en el Ayuntamiento de Barcelona entre la formación Barcelona en Comú (BeC) y el PSC está en máximos históricos. La decisión de la alcaldesa, Ada Colau, de convocar una consulta interna en su partido para decidir si debe romper el pacto de gobierno con el socialista Jaume Collboni está al caer. Sólo falta poner a punto la aplicación informática que permita esa consulta para llevarla a cabo, lo que puede ser cuestión de horas.

Desde la cúpula de BeC se admite que “la valoración de la tarea hecha hasta el momento es muy positiva. No estamos descontentos. Pero el posicionamiento del PSC, alineado con el PSOE y con el artículo 155 es un escollo. Es más un problema de coherencia interna de BeC que de funcionamiento del gobierno municipal. Hay malestar en las bases y con la consulta saldremos de dudas acerca de qué debemos hacer”.

Desde las filas socialistas se advierte de que “hace tiempo que sabemos de los embates del independentismo, de las presiones desde ERC y el PDeCAT sobre la alcaldesa. Pero aquí hay un gobierno que funciona y que está muy bien valorado. Es más: es la institución catalana más importante que, en estos momentos, está funcionando. Según las encuestas, este gobierno ha sacado la nota más alta de la historia en cuanto a gestión. Por eso nos sorprende la consulta de BeC. Nos parece poco oportuno o poco responsable someter a esta institución a un clima de inestabilidad”.

Ada Colau ha resistido, hasta ahora, los embates de ERC y del PDeCAT. Y, de momento, rechazó la oferta que le pusieron encima de la mesa de aprobarle los presupuestos y las ordenanzas fiscales a cambio de su transfuguismo al independentismo. “Nos falta conocer cuál es el posicionamiento de Ada Colau sobre el acuerdo. ¡Por eso, le pido que defienda al gobierno de Barcelona! Puede no tener una opinión sobre cuestiones nacionales, pero sí la debe de tener sobre el gobierno municipal. Que lo diga, que sea clara”, explica a Metrópoli Abierta Jaume Collboni, líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona y principal damnificado con la cuestión.

El pacto municipal lleva año y medio funcionando. Para firmarlo, BeC y el PSC aceptaron 130 medidas de gestión. Incluía cláusulas muy claras sobre el modelo de ciudad. Pero también había una cláusula en la que pactaban que el tema nacional quedaba excluido del acuerdo porque ambos partidos tenían opiniones diferentes. “Por eso recibimos con mucha sorpresa la noticia de que somete a concurso de la militancia el pacto. Y, sobre todo, no es positivo llevar a la inestabilidad a la institución política más importante que está funcionando en Cataluña”, critican desde las filas socialistas.

REIVINDICA UN GOBIERNO PROGRESISTA

Collboni es meridianamente claro al afirmar que “reivindicamos espacios de izquierda plural, como el del Ayuntamiento de Barcelona. Creemos que gente con posiciones diferentes en el tema nacional puede trabajar junta. Aquí estamos personas como Jaume Asens, alineado claramente con el soberanismo, o nosotros, que somos federalistas, trabajando codo con codo. ¿Por qué es posible que la CUP apoye los presupuestos y al Gobierno del PDeCAT y nosotros no podamos tener un gobierno progresista en Barcelona?”.

Por si fuera poco, el líder socialista destaca que entre BeC y el PSC hay elementos comunes de fondo. “Ambos estamos en contra de la declaración unilateral de independencia (DUI) y en contra del 155. Nadie nos lo puede negar. No es que nosotros apoyemos el 155. Recuerdo, en este sentido, que nuestro líder, Miquel Iceta, intentó negociar hasta el último minuto que no hubiese DUI para evitar el 155. Y ya había un pacto encima de la mesa”, subraya el líder socialista.

El problema subsiguiente es el de los pactos que pueda materializar Colau en el futuro inmediato. La oferta de Xavier Trias (PDeCAT) y de Alfred Bosch (ERC) sigue encima de la mesa, pero hay determinados condicionantes.

El activo de Xavier Trias, tras la aparición de los Papeles del paraíso, según los cuales se benefició de un trust en las Islas Caymán y Suiza, queda mermado: la noticia deja al convergente en una situación de debilidad mayúscula. ¿Puede Ada Colau confiar en Trias como su principal apoyo municipal en un futuro próximo? Oficiosamente, en BeC se apunta a que eso no será posible. “Si ya era difícil atar un pacto con él en circunstancias normales, mucho menos en una situación en la que es protagonista de un escándalo financiero”, admiten estas fuentes.

Aún así, desde Barcelona en Comú se apela a la tranquilidad. “Hemos de tener en cuenta que, en estos momentos, tenemos a más de medio Govern en la cárcel y al president y varios consejeros en el exilio. Pero hay gente que valora el trabajo que hemos hecho con los socialistas en este año y medio de pacto municipal”. Otras fuentes señalan que “este tema hay que observarlo con tranquilidad. Trias ha negado que tenga intereses fuera y dijo que iba a abrir una investigación . Debemos esperar a qué dice la Justicia sobre el tema”. Mientras tanto, la cuenta atrás continúa y la alcaldesa está completamente a merced de lo que decidan sus bases, valore como valore, personalmente, el trabajo de su equipo de gobierno: es prisionera del asambleísmo.

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