El derrumbe de un bloque de nichos en el cementerio de Montjuïc el pasado año ha obligado a la empresa Cementiris de Barcelona (Cbsa), que gestiona el recinto, a tomar medidas para intentar evitar que un desastre como aquel vuelva a producirse.
Para ello, la empresa que dirige Jordi Valmaña ha licitado un proyecto para buscar posibles desperfectos en las estructuras, como grietas o cualquier otro defecto que pueda debilitar los bloques, e intentar subsanarlo cuanto antes. Sin embargo, el problema es el modo en que se están haciendo las cosas.
Según denuncia Crónica Global, la apertura de los nichos, que según fuentes de Cbsa se hace tras solicitar permiso a las familias afectadas, se está haciendo de una forma un tanto chapucera. Este medio asegura que los trabajos están causando daños en los bloques de nichos contiguos ya que se arranca el revestimiento de las piedras, que luego se tapa con cemento, se arrancan lápidas y se tiran a la basura coronas de flores de los familiares.
Pese a esto, parece evidente que el presupuesto que ha destinado la empresa a subsanar los defectos estructurales que tiene el cementerio es claramente insuficiente. El tamaño del cementerio de Montjuïc y la antigüedad de sus instalaciones aconsejan que se tomen medidas mucho más importantes para evitar derrumbes.
La cantidad de un millón de euros que la empresa que gestiona el recinto ha destinado a este fin parece claramente insuficiente y empleados de la propia Cabsa han reconocido a Crónica Global que "actúan sin saber qué hacer. El derrumbe les superó y tratan de hacer todo lo posible por remediarlo e impedir que se repita. La pregunta es qué hicieron en el pasado y cómo lo hacen ahora. ¿Es demasiado tarde? Por los nervios de Cementiris, parece que sí".