En septiembre, un estudio resolvió que Barcelona es hoy una ciudad más insegura que hace un tiempo. Lo avalaban las estadísticas, las que Generalitat de Catalunya y el propio Ayuntamiento van aportando con retraso y las que acababa de hacer públicas la Secretaría de Estado de Seguridad (Ministerio del Interior de España), a partir de los datos facilitados por todos los cuerpos policiales.
La capital catalana tenía el deshonor de encabezar todos los rankings delictivos de las grandes ciudades españolas: entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año, Barcelona registró más de 92.000 infracciones penales, un 20,5% más que en el primer semestre del 2017. Nada más y nada menos que una media de más de 21 por hora. Y, ojo, que hablamos de estadísticas que sólo reflejan casos en los que media una denuncia.
Eso era después del verano. Ahora, recién entrado el invierno, aún no hay datos del ‘caliente’ otoño –por otros motivos, más bien políticos-, pero lo cierto es que no hay barcelonés que no sea consciente de que se han producido broncas, reyertas, incidentes, peleas y, algo que hasta hace bien poco era extraño en nuestra ciudad, muertos a causa de disparos de armas de fuego.
ARMAS DE FUEGO
El último acto ha sido el fallecimiento de una persona, en la noche del sábado, a causa de unos disparos tras una reyerta en la que hubo intercambio de tiros y una pelea a puñetazos en el barrio de Baró de Viver, en el distrito de Sant Andreu.
El problema es que no se trata de un caso aislado e insólito, ya que hace pocas semanas había ocurrido otro tiroteo –en Nou Barris esa vez- en la que varias personas resultaron heridas.
Con todo, y siendo dos distritos con graves problemas, el mayor número de conflictos en los que se utilizan armas –sean blancas o de fuego- sigue dándose en Ciutat Vella, donde la presencia de narcopisos, venta de drogas y luchas entre bandas por temas de control del territorio, ha degenerado en algo más que una simple disputa ocasional.
El auténtico problema es que este 2018 se ha disparado –perdónesenos la expresión- el número de delitos, hasta conseguir que el barcelonés medio empiece a escandalizarse y a pensar que, aunque parezca terrible, su otrora tranquila ciudad se ha convertido en una campo de batalla en el que los medios policiales se ven obligados a actuar cortos en número, información y cobertura legal.
BARÓMETRO EN PICADO
Como hemos ido informando en estas páginas, la inseguridad se ha convertido en el gran problema de Barcelona, según el segundo Barómetro Barcelona que Metrópoli Abierta publicó el pasado noviembre.
Los barceloneses perciben que su ciudad es cada vez más insegura –además de sucia. Las cifras, por otra parte, son elocuentes: Uno de cada tres vecinos asegura que ha sufrido algún tipo de delito en los últimos tres años y medio, justo el tiempo desde que Ada Colau accedió a la alcaldía liderando a los Comuns, la rama barcelonesa de Podemos. Los ciudadanos piden medidas más contundentes a Colau, que vive sus horas más bajas. Actualmente, el 65% de los barceloneses están descontentos con su gestión.
CONFLICTIVA CIUTAT VELLA
Como decíamos antes, la sensación de inseguridad se ha disparado especialmente en Ciutat Vella, motivada en gran parte por la proliferación de los narcopisos.
A pesar de que lo que se palpa a nivel de calle parece indicar todo lo contrario, el Ayuntamiento de Barcelona considera que está haciendo un gran trabajo en su lucha contra la droga, la inseguridad y el incivismo en El Raval.
El consistorio presentó el pasado día 10 un amplio informe en el que hacía balance de la situación y del que deduce que está haciendo bien su trabajo para que en los conflictivos barrios del distrito –especialmente, Gòtic y Raval- no prospere la criminalidad.
Presidida por la controvertida concejala Gala Pin, el grupo de trabajo informó de que el "Ayuntamiento ha reforzado todos los servicios municipales involucrados en la mejora de la convivencia, la seguridad y la salud".
Según los datos del informe, a lo largo de 2018 los agentes de la Guàrdia Urbana, en colaboración con los Mossos d'Esquadra, habían intervenido en más de 100 locales y pisos que vendían droga en el distrito. El 70% habían sido recuperados por lo propietarios.
MADRID ROBA MENOS
Pero, como decimos, pese al ‘buenismo’ del consistorio, los números no engañan. Este 2018, Barcelona no admite la comparación con ninguna de las otras grandes ciudades españolas. Ese incremento del 20,5% en los indicadores de criminalidad en el primer semestre empalidece, por ejemplo, las cifras que ofrecen Madrid (un 1% más de infracciones penales que en el mismo período del año pasado), Valencia (+0,2%) o Sevilla, donde en la primera mitad de este año la actividad delictiva cayó un 8,1%.
¿Explicaciones? Sobre todo por el incremento de los hurtos, que representan el 56,5% de todas las infracciones penales registradas en el municipio. Entre enero y junio pasados, esta categoría delictiva creció en Barcelona un 22,7%. También lo hicieron en gran magnitud los robos con fuerza en domicilios (un 31,1%).
En la comparación entre Madrid y Barcelona llaman poderosamente la atención los datos referidos a los hurtos, los delitos y faltas que no sólo tienen más peso en las estadísticas, sino que, además, también influyen decisivamente en la percepción de seguridad de los ciudadanos.
Barcelona, con una población de 1,6 millones de habitantes, acumula casi tantos hurtos como la capital de España, pero ésta con una población de más de 3 millones de personas: 56.000 en Madrid, 52.000 en Barcelona.
LOS NÚMEROS NO ENGAÑAN
Otro dato llamativo en la comparativa Barcelona-Madrid es el referido a los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria. En el caso de la ciudad catalana, los cuerpos policiales contabilizaron 1.762 infracciones penales entre el 1 de enero y el 30 de junio. En el de Madrid, únicamente 558.
Otro aspecto preocupante de las estadísticas que baraja el Ministerio del Interior a partir de la información aportada por todos los cuerpos policiales es el incremento de los delitos de índole sexual. El balance de este primer semestre tampoco eranada esperanzador en la ciudad de Barcelona, donde hubo un 13% más de delitos contra la libertad sexual. En ese período de tiempo se registraron en la capital catalana 68 agresiones sexuales con penetración, 19 más que entre el 1 de enero y el 30 de junio del año pasado.
Todo esto, referido al primer semestre del año. Cuando se tengan las estadísticas del año entero, mucho nos tememos que Barcelona volverá a encabezar el ranking como ciudad más insegura de toda España.