La entronización, en Barcelona, como alcaldable del socialista Jaume Collboni este sábado a cargo del mismísimo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es algo más que un gesto simbólico del PSOE hacia el PSC y Cataluña: se trata de una apuesta en toda regla que tiene como objetivo reconquistar la capital catalana, que estuvo en manos socialistas durante más de 30 años. El partido que fundara Pablo Iglesias hace casi siglo y medio tiene claro que debe recuperar las grandes ciudades para iniciar el asalto a la Moncloa o para tener la oportunidad de ganar las próximas elecciones legislativas.
Especialmente importante es la apuesta de Barcelona (en Madrid hace ya décadas que el PSOE perdió la alcaldía), el principal ayuntamiento español en sus manos. De ahí que ahora Pedro Sánchez recupere las esencias de la veterana formación y se desplace a Barcelona para asistir a una cita eminentemente de partido y política, no institucional.
EL MENSAJE DE PEDRO SÁNCHEZ EN BCN
En justa correspondencia, Collboni se presentará como el Pedro Sánchez barcelonés. “Se trata de visualizar que Jaume Collboni es el que lleva en Barcelona el mismo mensaje que Pedro Sánchez en el resto de España. Sus propuestas para otros lugares serán las propuestas del PSC en la capital catalana”, explican a Metrópoli Abierta fuentes socialistas.
Sentadas las bases ideológicas, hay dos ejes fundamentales en que se apoyará Collboni para materializar su campaña: en primer lugar, quiere diferenciarse de Manuel Valls, el candidato de Ciudadanos pero proveniente del Partido Socialista francés. Las bazas del catalán para enfrentarse a Valls son que es joven, conocido, progresista y tiene experiencia de gobierno. “Y a diferencia de Valls, conoce Barcelona palmo a palmo”, recalcan las fuentes.
POR DELANTE EN LAS ENCUESTAS
Por si fuera poco, destacan también que tiene muy buenas relaciones con los sectores económicos de la ciudad. “El efecto Valls no se ha producido. Resulta que llegó como el gran elefante blanco de las municipales y ahora vamos nosotros por delante en las encuestas. Nos consta que en Ciudadanos están preocupados por las perspectivas de su candidato”, añaden fuentes cercanas al alcaldable socialista. Enfatizan, en este sentido, que “la apuesta de Jaume Collboni es 100% made in Barcelona. Lo que haremos será poner en valor que nuestro candidato conoce los problemas de Barcelona y que tiene soluciones para esos problemas”.
Critican también que “Valls quiere que la ciudad sea la capital de Tabarnia, mientras que los independentistas quieren que sea la capital de la República imaginaria. Nosotros queremos que sea una ciudad para los ciudadanos. De ahí que haremos una apuesta nítidamente progresista y dirigida a los sectores de centro y de izquierda, donde esperamos que nos vote desde el elector desencantado de la moderada Convergència hasta la izquierda no nacionalista”.
EL ÚNICO PARTIDO DE IZQUIERDAS NO ‘INDEPE’
Porque ése es el otro gran eje de la estrategia de Collboni: atraer el voto que se va hacia Barcelona en Comú (BeC). De ahí que una parte importante de su mensaje irá destinado a convencer a los barceloneses de que hay que pasar página de la etapa Colau. “A estas alturas, parece meridianamente claro que el Gobierno de Ada Colau ha sido un fracaso. La alcaldesa no ha sido capaz de abordar los problemas de la ciudad y ha dejado todos los frentes abiertos. Por eso, vamos a robar el voto a Colau y a hacer una apuesta por el voto de izquierdas no independentista”.
Uno de los principales puntos de la estrategia del PSC será su presentación como el único partido de izquierda no independentista. De ese modo, los socialistas ubican a Valls y su plataforma en la derecha, en pugna directa con el segmento electoral del PP, y se reserva la gran batalla electoral en la izquierda con BeC y los podemitas.
“Lo quieran o o no, tanto Ada Colau como los suyos han caído en brazos del independentismo y se han buscado a los soberanistas como sus aliados habituales. Ya no sólo por los posicionamientos de la propia Ada Colau, sino de sus principales miembros del equipo de gobierno. Sólo hay que ver las salidas de tono de Jaume Asens y las veces que el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, fue a ver a los presos o se alineó con los independentistas directamente. Por si fuera poco, en las últimas autonómicas varios concejales del equipo de Ada Colau manifestaron que votaron a la CUP. Por tanto, el único partido no independentista que queda en la izquierda es el PSC, teniendo en cuenta que ERC es también independentista y la CUP, otro tanto”, razonan en la formación de Collboni.
Con esas credenciales, Collboni asumirá el discurso “moderado y progresista” de Pedro Sánchez para presentarse como la única alternativa no independentista en la ciudad de Barcelona, con un equipo que tiene experiencia en la Administración pública y un candidato con buena proyección y con larga trayectoria de consensuar los temas municipales con los agentes cívicos, las asociaciones de vecinos e incluso con los demás partidos políticos. “En realidad, somos los únicos que podemos pactar con cualquier otro partido y llegar a acuerdos para tirar adelante temas de ciudad”, advierten desde las filas del PSC.