La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, llegó en su día al puesto basando su ascenso en las soluciones al problema de la vivienda en la ciudad. No en vano creció mediáticamente junto a las siglas de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca). Eso la impulsó en su carrera política hasta la alcaldía de su ciudad.

Sin embargo, cuatro años después el cumplimiento de sus promesas electorales en esta materia es un erial. El equipo de Gobierno de la alcaldesa no solo no ha podido llevar a cabo sus promesas. La realidad es que es que la situación de la vivienda en la ciudad es bastante peor de la que se encontró al llegar.

NI UNA MÍNIMA PARTE

Durante su carrera hacia la alcaldía, Colau prometió la construcción de 4.000 viviendas protegidas para dar cobijo a las familias más necesitadas de la ciudad. Sin embargo, apenas ha podido entregar alrededor 800 viviendas, un número muy lejano a lo prometido. La puesta en marcha de los proyectos se ha retrasado y muchos de ellos ni siquiera han comenzado ha elaborarse.

El problema ha sido que desde la llegada de Colau a la alcaldía se ha producido un gran recorte en el presupuesto destinado a vivienda pública. Un recorte que ha sido de 132 millones de euros. Esto ha provocado que entre sus propias filas se hayan mostrado algunas voces críticas con la gestión de los temas referentes a las vivienda.

No se debe olvidar que el Ayuntamiento es propietario de 83 solares públicos que actualmente siguen vacíos y en los que se podrían construir hasta 6.000 viviendas protegidas. ¿Por qué no se ha hecho?, se preguntan desde la oposición.

ALQUILERES Y DESAHUCIOS

Otros dos asuntos fueron, igualmente, claves en el ascenso de Ada Colau a la alcaldía. Uno de ellos, su promesa de regular el precio del alquiler para que todo el mundo tuviera acceso a una vivienda digna. Sin embargo, el fracaso en este aspecto ha sido igualmente estrepitoso.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento no solo no ha logrado que se bajase el precio del alquiler, sino que este no ha dejado de crecer en los últimos años.

Desde el consistorio se agarran como a un clavo ardiendo a que la legislación depende de otras administraciones. Eso también ocurría cuando prometieron controlar el precio del alquiler, pero entonces no señalaban que eso iba a depender de su capacidad de negociación con el resto de las administraciones.

En cuanto al número de desahucios, que Colau prometió que iba a detener, no han hecho más que crecer de manera imparable. Pero durante su mandato no han parado de crecer y su política de vivienda ha recibido críticas incluso desde sus antiguos aliados de la PAH.

RECURSOS DE EMERGENCIA

El fracaso en la puesta en marcha de soluciones llevó a la alcaldía a poner en marcha un recurso de emergencia. Por ello se impulsó la construcción de vivienda con contenedores. Es el proyecto Alojamientos de Proximidad Provisionales, presentado a bombo y platillo y con un presupuesto de más de 5 millones de euros.

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