Ada Colau y Ernest Maragall se reunirán este miércoles para abordar posibles pactos postelectorales. Barcelona en Comú y ERC son las dos formaciones políticas que obtuvieron más representación en las elecciones del domingo en Barcelona. Ambas lograron 19 regidores, pero Maragall se impuso por 5.000 votos. El pleno de investidura, con la elección del nuevo alcalde o alcaldesa de Barcelona, se tiene que celebrar el 15 de junio. En próximos días, la alcaldesa en funciones también tiene previsto reunirse con Jaume Collboni los próximos días, aunque desde el PSC lo niegan.
Los comuns son partidarios de abordar alianzas con ERC y PSC, las tres fuerzas progresistas del consistorio y las que más votos cosecharon el pasado domingo, para garantizar un gobierno de izquierdas en la ciudad. Sin embargo, el punto de vista de Colau choca con la propuesta que Maragall ha puesto sobre la mesa, que antepone gobernar en solitario o un pacto con Junts per Catalunya en el que también tenga cabida Colau. Ambas iniciativas tienen pocas probabilidades de éxito porque el PSC no quiere saber nada de ERC, como ha manifestado Collboni, y Colau tampoco quiere negociar con Joaquim Forn y Elsa Artadi.
5.000 VOTOS DE DIFERENCIA
Otra de las posibilidades que hay sobre la mesa es que Colau y Maragall se entiendan y lleguen a un pacto. A tenor de los resultados de las urnas, sería el pacto más natural, aunque los dos partidos suman 20 regidores y les falta uno para alcanzar la mayoría necesaria para investir a la persona candidata a alcalde o alcaldesa en primera votación (Maragall sería alcalde en segunda votación por ser la lista más votada). Este escenario tiene un hándicap y es como se resuelve la gobernabilidad de la ciudad y el encaje de Maragall y Colau en el gobierno. Con apenas 5.000 votos de diferencia entre ambos, una alcaldía de dos años para cada uno podría ser una de las soluciones que se exploren.
Este lunes, el PSC ya lanzó la posibilidad de que Maragall no acabe siendo alcalde. Los socialistas quieren negociar con los comuns un gobierno alternativo para impedir que Barcelona tenga un alcalde independentista. Entre los dos partidos suman 18 regidores, mayoría insuficiente para un pacto de investidura. El éxito de esta operación pasaría por contar con el voto favorable de al menos tres regidores de la lista de Manuel Valls, algo que el exprimer ministro francés estaría dispuesto a avalar y más si acaba rompiendo con Ciutadans. Una parte de Barcelona en Comú ve con buenos ojos esta posibilidad, aunque la regidora en funciones Gala Pin ya ha expresado su malestar.