Ada Colau es una mujer de sonrisa fácil, pero lo de llorar en público se le da muy bien. Esta no es la única contradicción de la alcaldesa, empeñada en poner trabas al coche privado mientras ella se desplaza en coche oficial por Barcelona. El día que baja al metro lo aprovecha para hacerse una foto que será viral (la última vez, el pasado 8 de marzo con motivo de la manifestación feminista en Barcelona el día de la mujer trabajadora), pero ya no tiene el hábito del transporte público. Tal vez por eso, desconoce las molestias que sufren los usuarios.
Fomentar el uso del transporte público es necesario pero no hay mejor campaña que un buen servicio. En los últimos meses, la crisis del amianto y las huelgas de los trabajadores han causado muchas molestias a los usuarios. Colau ni se inmuta mientras los barceloneses esperan que algún día se acaben las obras de la línea 9. Las previsiones más optimistas dicen que estarán terminadas dentro de seis años. En 2025.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
Este verano, como cada año, hay muchas incidencias. Desde el 29 de junio al 30 de agosto, 10 estaciones de la Línea 1, las situadas entre Fondo y Clot, estarán cerradas. Se trata de unos trabajos integrales para modernizar más de nueve kilómetros de vías, aparatos e instalaciones. En la Línea 2, las obras afectarán a siete estaciones, las comprendidas entre Paral.lel y Sagrada Familia. Y en la línea 5 no se abrirá el tramo comprendido entre Collblanc y Can Vidalet.
Obras al margen, bien haría Colau en potenciar las medidas de seguridad en el metro. Las mafias actúan con total impunidad y los robos se multiplican en verano. Los turistas sufren un trato vejatorio y la buena reputación que tuvo Barcelona se diluye día tras día. Mientras se desplaza en su coche oficial con aire acondicionado, Colau pensará que no hay para tanto. Que dirá ella, convencida de que Barcelona solo tiene un problema puntual de inseguridad.