La Lliga Democràtica, un partido catalanista, conservador y no independentista, empieza a tomar forma, pero parece que no arranca de la mejor manera posible. El nuevo partido que echó a andar el pasado junio está dividido en dos bloques que, difícilmente, alcanzarán un acuerdo. Por un lado, la parte que encabezan el expresidente de Societat Civil Catalana, Josep Ramon Bosch, y la politóloga Astrid Barrio, y por el otro los partidarios de Manuel Valls, que lidera la regidora en el Ayuntamiento de Barcelona y persona de confianza de Valls, Eva Parera. Fuentes del partido hablan de "guerra abierta" entre los dos bandos. Bosch, en conversación con Metrópoli Abierta, reconoce las "diferencias" pero asegura que no son irreconciliables.
Fuentes de la Lliga Democràtica aseguran que Parera no estará en la ejecutiva del partido -al menos en la provisional, hasta la celebración del congreso fundacional- a pesar de que ha sido una de las principales impulsoras y la portavoz las últimas semanas. Este medio entrevistó el pasado 22 de junio a la regidora de Barcelona pel Canvi. En la información, Parera explicó que el objetivo del partido era concurrir a las próximas elecciones autonómicas con el objetivo de parar independentismo. La edil detalló que las expectativas de voto se movían en torno a los 300.000 votos.
Este medio ha intentado, sin éxito, obtener el punto de vista de Parera. Las fuentes consultadas indican que Bosch habría apartado a Parera, aunque el expresidente de Societat Civil Catalana lo niega. Asegura que "no se ha vetado a nadie" y que la ejecutiva no se constituirá hasta finales de septiembre
CAPTAR EL VOTO EXCONVERGENTE
Detrás de la decisión de dejar de lado a Parera, al menos de momento, estarían las desavenencias políticas entre el entorno de Valls con Bosch y Barrio. Mientras el entorno de Valls -que apoyaba el proyecto, pero no estaba previsto que se incorporara a él- es partidario de dar al partido un enfoque de centro, catalanista y constitucionalista, Bosch y Barrio defienden acercarse a intentar captar el voto exconvergente y verían con buenos ojos un referéndum pactado. Según Bosch, todavía se está en la fase de "discusión programática", pero no está previsto ni siquiera debatir sobre presos políticos ni referéndum en los términos que plantea el sector independentista.
Fuentes de la Lliga Democràtica afirman que ahora Barrio y Bosch son las personas que lideran la formación y se han reservado los cargos de secretaria general (Barrio) y secretario de Organización (Bosch) y que ni la salida de Parera ni las formas de prescindir de la regidora han gustado lo más mínimo a Valls, que mantuvo una tensa conversación con Bosch el miércoles. Se da la circunstancia de que Bosch fue una de las personas que acompañó a Valls en sus primeros meses en Barcelona antes de que anunciase oficialmente su candidatura a alcalde de Barcelona. Bosch confirma una corta conversación con Valls, admite que hay diferencias entre ellos, pero niega que el diálogo fuera subido de tono.
Metrópoli Abierta ha tenido acceso a varios nombres que podrían formar parte de la ejecutiva de la Lliga Democràtica. Junto a Barrio y Bosch estarían Juan José Folchi (vicesecretaría de Acción Territorial), Àlex Miró (vicesecretaría de Acción Sectorial), Aitor Egea (vicesecretaría de Acción Electoral), Francesc Moreno (vicesecretaría de Finanzas), Sergio Palomino (secretaría de Comunicación) y Tomás Ragué (vicesecretaría de Estudios y Programas y portavoz). Bosch dice que es uno de los muchos documentos que han existido, pero insiste en que no se ha constituido ninguna ejecutiva, "ni siquiera provisional".
UN IMPLICADO EN TRAMAS CORRUPTAS
De todos estos nombres el más conocido es el de Folchi. Exconseller de Economía y Finanzas de la Generalitat, entre 1977 y 1980, y exdirectivo del Barça con Josep Lluís Núnez, Folchi llegó a entrar en prisión por su implicación en el caso KIO (Kuwait Investment Office), cuya pieza central consistió en el desvío de 375 millones de esta sociedad kuwaití. El implicado más mediático fue Javier de la Rosa, vicepresidente del Grupo Torras, la filial de KIO en España. El caso estalló en 1992, en plena época del pelotazo.
Folchi acumuló tres sentencias firmes y fue condenado a tres años y cuatro meses de cárcel por los delitos de apropiación indebida y falsedad documental, aunque apenas estuvo entre rejas dos meses en verano de 2009. Más adelante, en 2011, fue condenado junto con Nuñez por la trama corrupta de la cúpula de Hacienda de Cataluña a siete años de cárcel y a una multa de seis millones de euros por los delitos de cohecho y falsedad documental. Bosch reconoce que esta persona sí que ha asistido a algunas reuniones de la Lliga Democràtica.
CONVERGENTS, EN LA ÓRBITA
Entre los nombres que se han puesto sobre la mesa que se podrían incorporar al proyecto de la Lliga Democràtica figura el del exconseller Santi Vila. Al respecto, Bosch se muestra muy claro y asegura que la situación judicial de Vila, que está pendiente de sentencia por su implicación en el proceso independentista, le deja fuera de cualquier proyecto político porque probablemente saldrá con una condena por inhabilitación.
Los nombres de Vila y Folchi no gustan al entorno de Valls. Tampoco causa simpatías otra de las personas que suena: el exconseller Germà Godó, ahora presidente de Convergentes. Mas allá de que es un soberanista confeso, Gordó está siendo investigador por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por corrupción el caso 3%. Bosch niega totalmente la incorporación de Gordó, pero sí que reconoce la entrada de gente de su entorno, como Remei Gómez.
¿VALLS A LA POLÍTICA CATALANA?
Si finalmente se confirma de forma definitiva la salida de Parera de la Lliga Democràtica, habrá que ver qué papel puede acabar jugando en un futuro próximo Manuel Valls en la política catalana y si éste decide dar el paso para encabezar algún otro partido junto a Parera, una formación catalanista, constitucionalista y que tenga en la transparencia una de sus banderas, indican desde su entorno.
El político galo optó a la alcaldía de Barcelona por la plataforma Barcelona pel Canvi-Ciutadans, aunque tras las elecciones la coalición con el partido naranja se rompió por el apoyo de Valls a la investidura de Colau. Fuentes del entorno de Valls ven poco probable que éste aguante cuatro años como regidor raso en el Ayuntamiento de Barcelona. El exprimer ministro francés ya tiene registrado un partido, Barcelona pel Canvi, que fácilmente podría convertirse en Catalunya pel Canvi.