Un entidad amiga de Colau y Badia recibe 75.000 euros más
Enginyeria Sense Fronteres, donde trabajó Eloi Badia, ha recibido entre 2015 y 2018 un millón de euros del consistorio barcelonés
29 diciembre, 2019 00:00Noticias relacionadas
Enginyeria Sense Fronteres (ESF), una de las entidades amigas de los comunes, recibirá otros 75.000 euros de "concesión directa" por parte del Ayuntamiento de Barcelona. La subvención, de "carácter excepcional", fue aprobada por el gobierno municipal de Ada Colau y Jaume Colboni en la comisión de gobierno del pasado 12 de diciembre. La ayuda la otorga el Área de de Derechos Sociales, Justicia Global, Feminismos y LGTBI, que dirige Laura Pérez. El teniente de alcaldía Eloi Badia trabajó en ESF desde 2007, como reconoce él mismo en la web de su partido, Barcelona en Comú. Entre 2015 y 2018, ESF ha recibido del consistorio barcelonés más de un millón de euros.
La subvención que recibe en esta ocasión ESF es para el proyecto "Compostando - Educación y acción ambiental: experiencia piloto en el jardín botánico Tunduru de Maputo. La iniciativa tiene un coste total de 93.750 euros y la aportación municipal paga el 80%. El consistorio justifica la no inclusión en convocatoria pública "por razones de interés público" justificadas en los informes que constan en el expediente, que no aparece enlazado en el documento de la comisión de gobierno. La aportación se incluye dentro del presupuesto municipal de 2019.
SUBVENCIÓN AL ALZA EN 2015
ESF es una entidad que los últimos cuatro años, entre 2015 y 2018, ha sido regada por el Ayuntamiento de Barcelona con 1.059.856 euros. 2015 es el año que la entidad ha recibido una mayor cantidad de dinero del Ayuntamiento desde 2007, en concreto 363.476 euros, según los datos que aparecen en la propia web de ESF. En mayo de ese año, Colau ganó las elecciones y logró la vara de mando de la ciudad en detrimento de Xavier Trias, es decir de enero a junio gobernó Trias, y de julio a diciembre, los comunes.
En 2016, el primer año entero de Colau como alcaldesa, ESF fue subvencionado con 199.880 euros; en 2017 con 221.200, y en 2018 con 275.300 euros. Las cifras que la ONG publica indican que recibe ayudas del consistorio barcelonés desde 2007. Por aquel entonces el alcalde era Jordi Hereu y ESF se hizo con 30.979, la cifra más baja en 11 años, y en 2008 recibió 57.585 euros.
MÁS SUBVENCIONES DE OTRAS ADMINISTRACIONES
En 2009, con Hereu de alcalde, la subvención se disparó hasta los 208.798 euros. Un año después, en 2010, todavía aumentó más: hasta los 260.483 euros. En 2011, con la llegada de Trias a la alcaldía, las aportaciones municipales a ESF descendieron, aunque continuó recibiendo cantidades de dinero público muy elevadas. Ese año obtuvo 212.500 euros; en 2012, 176.670; en 2013, 180.700, y en 2014, 110.000 euros.
El Ayuntamiento de Barcelona no es la única administración pública que subvencion a ESF. De hecho, la entidad se financia casi en su totalidad de dinero público. Recibe cuantiosas sumas de la Generalitat de Catalunya, la Administración española y distintas diputaciones y ayuntamientos. También ingresa miles de euros de la Unión Europea, colegios, universidades, fundaciones, empresas, donaciones privadas y cuotas de socio, lo que la entidad resume como "otros financiadores". En 2011 llegó a recibir del Gobierno español 991.512 euros, mientras que ese año la Generalitat aportó a sus arcas 833.856 euros.
DESACREDITAR A AGBAR
Recientemente este medio ha dado a conocer que ESF se ha hecho con una beca Devreporter por valor de 20.000 euros. En una información, el periodista Antonio Fernández desvelaba que "el cometido de este proyecto es realizar un trabajo que ponga en entredicho la tarea de la empresa Agbar. Así lo recoge la explicación del programa que realiza la propia entidad: “Este proyecto aborda la violación de los derechos ejecutados por las empresas transnacionales en todo el mundo a través de un caso particular: Aguas de Barcelona (Agbar) en México (…) Queremos mostrar las violaciones de la soberanía local y del derecho humano al agua y al saneamiento reconocidas por las Naciones Unidas”.