La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), con representación en la Guardia Urbana de Barcelona, ha instado a la síndica de greuges de la ciudad, Maria Assumpció Vilà, a que abra una investigación propia sobre las presuntas irregularidades en las oposiciones a agentes del cuerpo.
Esta semana, Metrópoli Abierta avanzó en exclusiva que durante la celebración de los exámenes de cultura general del pasado día 3 de octubre hubo aspirantes que, supuestamente, aprovecharon que iban al lavabo para copiar con el móvil en medio del examen.
Hasta ahora, la mayoría de quejas, alrededor de una decena, han llegado a la síndica, que se encarga de defender los derechos fundamentales y las libertades públicas y supervisa a la Administración municipal.
Sin embargo, por el momento, la síndica se está dirigiendo a todas las personas que han formalizado la reclamación para que la presenten primero a Recursos Humanos del Ayuntamiento. Pasado un tiempo, si el consistorio no responde o si el ciudadano no está de acuerdo con la respuesta recibida, entonces sí que se puede dirigir a la defensora para que supervise el caso.
INVESTIGACIÓN INTERNA
El sindicato policial entiende que la síndica puede actuar de oficio si el tema es de interés general, recuerda el secretario de Organización, Eugenio Zambrano, y le pide que abre una investigación "paralela a la del consistorio".
En un escrito que ha dirigido a la gerente de Seguridad y Prevención, Maite Casado, CSIF reclama al Ayuntamiento la apertura de una investigación interna. Según el sindicato, las irregularidades "alcanzan una desproporción de considerables dimensiones", lo que denotaría "una falta de control y grave desorganización", indica Zambrano.
QUEJAS Y DENUNCIAS
La sección sindical de CSIF del Ayuntamiento de Barcelona ofrece sus servicios a todos los opositores para que presenten sus denuncias y quejas y aporten las pruebas que consideren oportunas. De probarse las incidencias en la prueba de cultura general, CSIF pedirá la anulación y repetición de la prueba.
En 2013 se vivió un episodio similar. La síndica recibió unas 50 quejas porque en los exámenes de acceso a la Guardia Urbana hubo opositores que copiaron con aparatos electrónicos. En aquella ocasión, el escándalo fue mayúsculo y el gobierno de Xavier Trias tuvo que ordenar la repetición de dos pruebas.