Estación de Sants / EFE

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Información municipal

Un socio de Itziar González hará la remodelación de la estación de Sants

Arnau Boix es un arquitecto valenciano que fundó la plataforma Estel y que borró su rastro digital tras una polémica en Madrid

16 noviembre, 2020 00:00

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El Ayuntamiento de Barcelona adjudicó el pasado 9 de octubre un contrato de “dinamización del proceso participativo relativo a la definición de los entornos de la Estación de Sants” por 20.503 euros (IVA incluido), justamente al borde del tope que tienen los contratos menores para no pasar a tener que convocar concurso. Se trata de uno de los ejes del proceso Decidim Barcelona, cuya finalidad es la transformación urbana de Barcelona. El proyecto persigue “replantear el encaje de la Estación de Sants en los barrios de su entorno”.

El contrato se lo llevó el arquitecto Arnau Boix Pla, fundador la plataforma Estrategias Sociales para el Territorio y los Espacios Libres (Estel) y actual responsable de Acción Territorial en el Ayuntamiento de Montornès del Vallès, un consistorio en manos de los comunes. En Madrid, este arquitecto se llevó un contrato de 20.000 euros cuando gobernaba Manuela Carmena, lo que provocó una agria polémica porque la oposición denunció favoritismo. En concreto, se acusó al consistorio de otorgar la licitación a este arquitecto por su cercanía ideológica a Podemos e IU.

PARTIDARIO DE LOS PAÏSOS CATALANS

No obstante, Arnau Boix se ubica como independentista y es un firme partidario dels Països Catalans. Tras la polémica de Madrid, no obstante, dejó de utilizar las redes sociales e intentó borrar su rastro en Internet. Por esa época, también recibió otro encargo del Ayuntamiento de Barcelona: la redacción del plan de uso del triángulo Sants-Hostafranchs, aunque esa vez se realizó el estudio a través de la plataforma Estel.

Este mismo colectivo ha hecho para el Ayuntamiento de Barcelona el Manual de urbanismo con perspectiva de género, una herramienta “para poner en el centro la vida cotidiana e impulsar un modelo urbano inclusivo donde tenga cabida la diversidad de género, la edad o el origen, para construir una ciudad más equitativa, segura y sin barreras”. Arnau Boix formó parte del equipo redactor de este proyecto junto a dos miembros más de Estel.

Plaza Osca, en el distrito de Sants-Montjuïc / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Plaza Osca, en el distrito de Sants-Montjuïc / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA



LA REMODELACIÓN DE LA RAMBLA

No fueron los únicos proyectos de Boix: también le fue adjudicado el concurso para dinamizar y remodelar la Rambla de Barcelona después de los atentados de agosto de 2017. “El objetivo es devolver a la ciudadanía uno de sus ejes históricos y más simbólicos, y hacerlo de manera cooperativa para que su transformación suponga una mejora de este espacio urbano y vertebrador de la ciudad y de la experiencia de las personas que la habitan, lo visitan y lo disfrutan”, señalaba el Ayuntamiento para justificar ese contrato.

En ese trabajo, Boix, colaboró con la exconcejala Itziar González, una arquitecta urbanita anticemento que recientemente, tal y como publicó Metrópoli Abierta, recibió otro contrato a dedo de Ada Colau a través del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para el proyecto Cooperación ciudadana y prevención de la corrupción en el urbanismo. De hecho, Boix y González coinciden en la plataforma Km Zero. Ambos son los responsables del equipo de Estrategias de esta entidad.

Itziar González posando en medio de La Rambla / ÁLVARO VENTURA

Itziar González posando en medio de La Rambla / ÁLVARO VENTURA



INFORME CONTRA EL HERMITAGE

En este equipo se integra también Ole Thorson, presidente de la consultora Ingeniería de Tráfico (Intra), que se llevó varios contratos del Ayuntamiento de Barcelona durante los últimos años y cuyos informes sirvieron para que la alcaldesa de la capital catalana rechazase acoger el Museo del Hermitage o para elaborar el plan de movilidad del Parque de Atracciones del Tibidabo. Thorson recibió, en otoño pasado, la medalla de honor al mérito de la Guardia Urbana de Barcelona, que le fue impuesta por la alcaldesa.

Se trata, pues, de un reducido grupo de beneficiarios que trabajan normalmente con el consistorio barcelonés y que se embolsan periódicamente distintos contratos muy enfocados ideológicamente, la mayoría de ellos dirigidos a desterrar el vehículo de las zonas urbanas. La mayoría de esos proyectos se encuadran dentro de las propuestas del proyecto Decidim Barcelona, la herramienta que creó el equipo municipal para justificar la puesta en marcha de iniciativas transformadoras.

Precisamente el pasado 25 de septiembre, Colau adjudicó los servicios de administración de la plataforma Decidim Barcelona durante un año a la FundaciónFrancesc Ferrer i Guàrdia, por lo que ésta cobrará 44.534 euros. En un informe del consistorio, se justicia esta contratación (no hubo licitantes a excepción de la entidad que se llevó el contrato) asegurando que el proyecto Decidim  es “una herramienta integral para la gestión de la participación, que permite acoger procesos y órganos de participación, espacios para la toma de decisiones y diferentes servicios de innovación democrática garantizando la transparencia y la trazabilidad”, por lo que “es preciso continuar acompañando el despliegue de la plataforma con un servicio de administración, apoyo y acompañamiento de la misma”.