Colau paga sobrecostes a una empresa con adjudicaciones millonarias
La compañía Calaix de Cultura se hizo con contratos por más de 1,4 millones de euros al inicio de la pandemia
11 enero, 2021 00:00Noticias relacionadas
Entre las empresas más beneficiadas por las adjudicaciones del Ayuntamiento de Barcelona se encuentra Calaix de Cultura. La compañía, con sede en la calle Diputació, es la gestora de diferentes centros cívicos de la capital catalana.
Con tres contratos al inicio de la pandemia de coronavirus cuya suma se acerca al millón y medio de euros, la empresa logró la adjudicación de la gestión de los centros cívicos de Fort Pienc, Casa Elizalde y Casa Golferichs.
Casi un año más tarde, el Ayuntamiento ha ofrecido nuevas partidas a Calaix de Cultura para cubrir los sobrecostes que ha alegado en su actividad de gestión. Las cuantías corresponden a dichas instalaciones y a otros centros cuyo día a día también depende de la empresa barcelonesa.
CENTROS
Entre las instalaciones a los que el consistorio reconoce un “desequilibrio económico-financiero” y amplía la cuantía económica, se encuentra el centro cívico Casa Elizalde, en el Eixample, al que ha añadido 116.021,22 euros adicionales. En el mismo distrito, el centro cívico y casal infantil Urgell también se ha llevado un extra de 37.352,34 euros.
Casa Golferichs y el espacio de fotografía Català Roca se han hecho con un pago añadido de 56.771,17 euros, mientras que el gasto adicional en la gestión del Ateneu Fort Pienc se ha traducido en una factura de 25.773 euros para el Ayuntamiento liderado por Ada Colau.
Debido a la suspensión de la actividad por la pandemia, los centros cívicos Vázquez Montalbán, L'Elèctric y el Casal de Barri Can Rectoret, en Sarrià-Sant Gervasi, también se harán con una suma de 22.886,65 euros procedente del erario municipal.
GRANDES SOBRECOSTES
La totalidad de las cuantías adicionales costeadas por el consistorio alcanza los 258.804,38 euros, unos importantes sobrecostes después de que la empresa recibiera generosas adjudicaciones para la gestión de estas instalaciones.
Además, se da el caso de que Calaix de Cultura comparte domicilio con la compañía Relleu Cultural y la cooperativa Ludic 3 SCCL, que también son adjudicatarias frecuentes de contratos municipales.
La gestión de algunos centros se ha alternado entre dichas compañías, afincadas en la misma dirección, lo cual resulta ciertamente sospechoso.