Un nuevo periodo, el clima de hostilidad debe quedar atrás. Esa es la posición del presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, que se ha reunido con la alcaldesa Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona, con la voluntad de llegar a acuerdos de ciudad. Sánchez Llibre ha señalado que sale “muy satisfecho” de la cita y ha emplazado a Colau a una nueva reunión en la sede de la patronal para analizar todos los asuntos que debería resolver el consistorio, con una especial incidencia en la seguridad.
La reunión llega después de una concentración en la plaza Sant Jaume, el pasado jueves, en la que más de cien entidades dijeron “basta” a las políticas de Colau, que identifican como la alcaldesa del no. El presidente de Foment ha considerado que esas entidades están en su derecho de protestar, pero no se ha identificado con ellas, como máximo responsable de la patronal más importante de Cataluña.
ACERCAMIENTO DE POSICIONES
Fue Sánchez Llibre quien, justo antes de la pandemia, reclamó una cita con la alcaldesa Colau, pero no recibió una respuesta. Sin embargo, en los últimos días se han acercado las posiciones para llegar al encuentro de este miércoles. Tras una enorme tensión entre el consistorio y la patronal, después de duras críticas de Sánchez Llibre a su gestión, ahora se abre “un periodo de diálogo institucional”, según las palabras del dirigente patronal.
La alcaldesa Colau también ha querido valorar el encuentro, con la idea de que se reinicia el diálogo con Foment y con la consideración de que Barcelona puede salir de la crisis de forma robusta. “Los indicadores demuestran que estamos saliendo bien de la crisis”, ha asegurado, rechazando la percepción de que la ciudad ha entrado en una fase de decadencia. Colau ha incidido en el “bueno tono” de la reunión con Sánchez Llibre y en la necesidad de iniciar un “diálogo institucional”.
ACTUALIZACIÓN DE LA FINANCIACIÓN MUNICIPAL
La alcaldesa también ha pedido una “actualización” de la financiación municipal, después de conocer que el Tribunal Constitucional ha dejado en una situación muy delicada el impuesto de plusvalías, que ha sido en las últimas décadas una gran fuente de ingresos. El primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, ha cifrado en unos 180 millones la pérdidas que supondrá la anulación de unos puntos del impuesto.